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Los Eagles dan la primera sorpresa navideña tras vencer a Giants

philadephiaeagles.com

Primer partido en la semana de Navidad y primera sorpresa. El último Thursday Night Football sirvió para recordarnos una vez más que hasta el rabo todo es toro, y que no podemos dar por asegurada ninguna victoria en las dos jornadas que quedan por muy desigual que parezca un enfrentamiento en la previa.

Philadelphia Eagles llegaba de víctima con cinco derrotas consecutivas a sus espaldas y como un equipo en descomposición al que se le estaba haciendo muy larga la temporada. El mayor ejemplo de ello es su quarterback rookie Carson Wentz, quien empezó como un tiro sorprendiendo a propios extraños y con el paso de las semanas se fue diluyendo.

Sin embargo, y como vengo diciendo durante los últimos días, prácticamente todo lo que queda de aquí al final son duelos divisionales, en los nadie puede confiarse. Estos encuentros son muy peligrosos y si encima juegas como visitante, como le pasó este jueves a New York Giants, son una auténtica trampa.

Los Eagles dominaron de principio a fin, pareciendo que eran el conjunto grande, con record positivo y que está a un paso de playoff, mientras los Giants daban la sensación de estar completamente confundidos, sin saber muy bien qué hacer. En el ataque esto es algo habitual, pero la defensa, que ha sido la que ha venido manteniendo al equipo desde principio de año, también andaba desorientada.

Carson Wentz evitando la presión de Okwara, vía philadelphiaeagles.com

Tanto es así, que el marcador mediado el segundo cuarto era de 21-6 para los locales, reflejo del dominio absoluto que estaban ejerciendo dentro del campo. La primera mitad fue entera para Philadelphia, en ataque dominaron como pocos lo habían hecho hasta anoche a los Giants, y en defensa volvieron a parecer ese conjunto de la primera mitad de la temporada que aplastaba rivales desde la línea. Solo se vieron superados en la última serie ofensiva de New York, única en la que estos fueron capaces de mover fluidamente las cadenas para acabar anotando en una gran jugada individual del receptor novato Sterling Shepard.

Tras volver de los vestuarios, se notó claramente que Steve Spagnuolo, coordinador defensivo de Giants, había ajustado. A Philadelphia le costaba mucho más avanzar, se sentía mucho más incómodo y Wentz empezó a ser acosado con regularidad. La consecuencia directa fue que los pupilos de Doug Pederson tan solo sumaron tres puntos más en toda la segunda parte. La defensa había hecho su trabajo y ahora le tocaba al ataque certificar la remontada.

Desafío demasiado grande para una ofensiva que no ha funcionado en todo el año. Es inexplicable que Ben McAdoo, entrenador en jefe, cante 63 jugadas de pase por tan solo 24 acarreos. Es un completo absurdo ejecutar un ataque tan poco balanceado, más aún cuando tu juego aéreo es errático. Cierto es que la carrera no es ni mucho menos el fuerte de New York, pero empiezo a pensar que la mayor razón de esto es porque no lo trabajan bien. Rashad Jennings ha demostrado de sobra que no puede ser un running back titular en esta liga, pero en las últimas semanas ha aparecido un jugador que está demostrando ser el corredor que el equipo necesita.

Paul Perkins, elegido en la quinta ronda del pasado draft, se está destapando como el jugador que la franquicia lleva tiempo buscando. Este jueves corrió 15 veces para 68 yardas, lo que nos da un más que aceptable promedio de 4,5 yardas por acarreo. Vale que el equipo viniera de abajo, lo que implica la necesidad de pasar más, pero una diferencia tan abismal entre los dos tipos de jugadas debería ser intolerable.

El record que tiene el equipo respalda a McAdoo y evita que se ponga en entredicho su trabajo, pero su labor como mínimo debe ser cuestionada. Él llego al puesto de head coach ascendiendo desde coordinador ofensivo, y lo que está más que claro a estas alturas de la película es que el ataque por unas cosas o por otras no es que no funcione, sino que es un esperpento. El plan de juego se reduce a pases a Odell Beckham Jr., quien se ha echado el equipo a la espalda, pero que por muy bueno que sea, no puede sostener él solo toda la ofensiva.

Está claro que McAdoo y su game plan no ayuda, pero el declive de Eli Manning ya es más que evidente. Ningún quarterback en la liga puede soportar tal cantidad de lanzamientos en un solo partido y mucho menos Eli. Este jueves dio otro recital de malos lanzamientos y malas decisiones. Cada vez se le ve más las costuras y empieza a ser habitual que sea un lastre para el equipo.

A cada intercepción que sufre es más ridícula que la anterior. El segundo pick que sufre en este encuentro estaba catando incluso antes del snap. Eli ya había usado a OBJ en una “go route” pegado a la sideline en varios terceros downs, por lo que Malcolm Jenkins que es perro viejo le estaba esperando. En cuanto vio que Manning miraba a Beckham no lo dudó y llego fácilmente a interceptar el pase. El año pasado su hermano Peyton ya consiguió el anillo arrastrándose por los campos gracias a una defensa imperial. Da la sensación que Eli se ha empeñado en hacer lo mismo pero dando aún más pena. ¿Será esto posible? Si lo consigue podríamos decir que el poder de los Manning ha llegado a cotas insospechadas.

Secuencia de la segunda intercepción de Jenkins sobre Eli

Con esta derrota los Giants no pierden ninguna de sus aspiraciones de llegar a la postemporada. Siguen dependiendo de si mismos e incluso puede clasificar este mismo fin de semana. Con que pierda únicamente uno de estos equipos, Lions, Packers, Bucs o Falcons, New York estaría matemáticamente en playoff. Si no se diera esta situación le vale con ganar en la última jornada a Redskins.

No obstante, es indudable que se han complicado la vida. Si hubiera ganado estaría claro que contra Washington no se jugarían casi nada y podrían haber dado descanso a los jugadores más importantes con el fin de evitar lesiones. Contra Eagles sufrieron una baja que puede ser devastadora si llegara a ser algo serio. A mitad del encuentro del tackle defensivo Damon Harrison tuvo que abandonar el emparrillado y el equipo está esperando realizarle pruebas para ver el alcancé de la lesión. Si esta fuera grave la pérdida sería tremenda, incluso mayor que la de Pierre-Paul, pues es el verdadero timón de la defensa a la hora de parar la carrera. Destacar también que Olivier Vernon jugó todos y cada uno de los snaps. La ausencia de JPP obliga a Spagnuolo a usar más de lo normal al ala defensivo, por lo que el desgaste físico si llegan a playoff puede ser determinante.

Ahora nos queda por delante una jornada de sábado, domingo y lunes apasionante. Como hemos podido ver puede pasar aún cualquier cosa y estamos a dos-tres resultados no esperados de que la clasificación vuelva a dar un nuevo vuelco. Esto es la NFL y hasta el último snap del último partido todo puede pasar.

Por Stéfano Prieto

@Stefano_USA

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