A lo largo de esta temporada de la NFL, los San Francisco 49ers se han distinguido por jugar con una identidad clara, que se evidencia a partir de una fuerte línea ofensiva que brinda suficientes garantías para correr y lanzar. Así fue como el sábado derrotaron a los Minnesota Vikings (27-10), donde el dominio físico fue tal que terminaron arrasando en la línea de golpeo. Pudieron correr a destajo y apenas fue necesario lanzar en la primera mitad. En este partido, quien llevó el mayor peso fue Tevin Coleman, quien acarreó 105 yardas en 22 intentos con un touchdown. Fue la pieza principal y cada toque suyo con el balón tenía alguna relevancia. Jimmy Garoppolo lanzó un touchdown, pero solo tiró 19 pases. No fue necesario que probara más, ya que el buen juego terrestre le dio plenitud a todo el equipo.

La defensiva mostró la misma fuerza que sus pares de línea ofensiva, jugando con ímpetu y rompiendo el pocket contrario en varias secuencias. Lograron seis capturas (dos de Nick Bosa) y le interceptaron un pase a Kirk Cousins, por conducto de Richard Sherman. Esta unidad juega con soltura y variando muy bien sus esquemas de presión. En muchas ocasiones, atacan por los costados y eso resulta gracias a la velocidad de jugadores como Bosa, quien puede hacer esos movimientos que le permiten acechar a los contrarios. La incesante presión es su sello y también le ayuda a disimular problemas cubriendo pases, los cuales se han notado más con la caída de algunos titulares por lesión. Con 38:27 de dominio en ofensiva y una impecable presentación defensiva, los Niners siguen creciendo y tendrán en casa la final de conferencia.

Correr y desgastar al rival, pero también aprovechar errores y liquidar cuando sea el momento. Todo eso lo ejecutan los Tennessee Titans de manera tal que ridiculizaron a los Baltimore Ravens en su propia cancha (28-12). Todos saben que la ofensiva consiste en darle el balón a Derrick Henry, pero en este momento el corredor es irreducible. Fue responsable en dos tercios de las yardas obtenidas por su conjunto y básicamente, terminó cansando a los Ravens de tanto correr y golpear rivales. Si nos remontamos a la Semana 10, desde entonces Henry no superó las 100 yardas en solo una ocasión. Su producción es tal que le resta mucha carga a Ryan Tannehill, aunque de igual forma el mariscal de este conjunto resulta ser un aporte sustancial.

El sábado, Tannehill abrió el marcador con un pase de touchdown con Jonnu Smith y en el segundo cuarto, lanzó un bombazo de 45 yardas con Kalif Raymond para el 14-0 transitorio, inmediatamente después que la defensa detuviera a los locales en un 4th down. Para coronar las jugadas decisivas, el propio Henry fue autor de una jugada especial cuando se alineó como QB y sorprendió lanzando un pase que terminó en touchdown de Corey Davis, el cual prácticamente selló el resultado. No solo emplean un football de vieja escuela, sino que saben cuándo y cómo mandar jugadas que pueden ser cruciales. En este juego, aprovecharon cada error de Baltimore, los tres balones perdidos de Lamar Jackson y los dos intentos mal jugados en 4th down. Ahora mismo lucen imparables y sus recientes triunfos no debieran sorprender, pese a haber entrado a los playoffs en la última posición.

En postemporada, es necesario contar con un entrenador curtido que tome buenas decisiones y sobre todo que mantenga enfocado a su equipo en las difíciles. Se notó que Andy Reid mantuvo a sus Kansas City Chiefs concentrados pese a comenzar en desventaja de 24 puntos. Dos maniobras de los cuadros especiales le dieron vida a un equipo que nunca perdió la calma pese a la expresiva diferencia del primer cuarto y fue así como Patrick Mahomes y compañía comenzaron a urdir las jugadas, una por una. Sin apurar, sin improvisar. Antes del intermedio habían borrado el déficit de 24 y llegaron al cuarto período anotando siete touchdowns consecutivos. Tan extraña como eficiente fue la producción de los Chiefs a partir del segundo cuarto y su metodología nunca estuvo en duda, pese al mal comienzo.

Mahomes estuvo muy certero, con 321 yardas y 5 pases de touchdown. Damien Williams cumplió también anotando dos veces, pero el factor decisivo fue Travis Kelce. Aun sabiendo su colocación en la cancha, los Houston Texans nunca lo pudieron contener. Lo cubrían de a uno, de a dos y hasta de a tres, pero igualmente Kelce se desmarcaba y fue la mejor opción para los envíos de Mahomes. En este juego, Kelce sumó 134 yardas en 10 recepciones, con tres touchdowns y fue importante para el triunfo (51-31), en el que Kansas City terminó dominando, gracias a su plan de juego que siempre mantuvieron y por lo mismo, jugarán la final de conferencia en su estadio.

Es probable que los Green Bay Packers no luzcan como un equipo dominante, pero de igual manera sus buenos comienzos los han impulsado a ganar 14 de sus 17 partidos, en el debut de Matt LaFleur como director técnico, cuyo sistema lo ha implementado con el transcurrir de la temporada. Uno de los beneficiados de ese sistema es Aaron Jones, quien ahora tiene un rol preponderante dentro de la ofensiva, logrando que el equipo no dependa estrictamente de Aaron Rodgers para ganar. El domingo, fue opción principal en varios tramos del duelo ante los Seattle Seahawks (28-23), anotando dos veces en la primera mitad, en un partido en que los Packers llegaron al intermedio con ventaja de 18 puntos, la cual pudieron resistir pese a la insistencia de Russell Wilson.

Ciertamente, Rodgers ya no tira 400 yardas en cada partido ni está batiendo récords pasadores. Lo bueno del caso es que está realizando jugadas en momentos importantes. El domingo, encontró dos veces a Davante Adams en jugadas que acabaron en las diagonales y en la última ofensiva, Rodgers volvió a encontrar a Adams en un envío preciso en 3rd down y luego de la advertencia de los dos minutos, Rodgers encontró a Jimmy Graham, quien llevó el balón justo a la marca del 1st down y así, terminó asegurando el triunfo para Green Bay. Los registros de Rodgers no fueron nada espectaculares: 16 pases completos sobre 27, además de 243 yardas por aire y dos touchdowns. Lo importante fue que en situaciones obvias, Rodgers jugó como uno de los grandes, como lo ha sido en casi toda la última década. Esta es una versión pragmática de los Packers, pero no por ello menos peligrosa. El plan de LaFleur y la experiencia de Rodgers son buenas armas de cara a la final de conferencia, que jugarán de visita.

Artículo original en Gringo Sports: https://gringosports.blogspot.com/2020/01/metodicos.html

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