Los New York Jets dieron una demostración de competitividad durante dos años, alcanzando las finales de conferencia de forma consecutiva de una forma increíble.

Aunque ya hayamos hablado en esta sección del Butt Fumble, es necesario volver a los Jets de Rex Ryan para entender un poco mejor el fenómeno de los Titans y sobre todo lo que representaron los Jets para una generación. En una era de la AFC donde dominaban los QB´s generacionales (Roethlisberger, Manning, Brady o Rivers), Sexy Rex consiguió meter a su equipo en la pelea por un anillo con Mark Sánchez. La definición que dió el propio Rex tras sorprender a los Chargers fue algo que define también a este equipo de Tennessee. “Hay tres equipos de casa que pasan y los putos Jets”.

No QB, no problema

Rey Ryan y Mark Sánchez, posiblemente la pareja más extravagante de los últimos años.

El QB de esas dos temporadas fue Mark Sánchez, uno de los peores QBs que han llegado en los últimos diez años a una final de conferencia. Pero a los Jets les importaba poco quién estuviese detrás de esa línea porque al propio Rex no le importaba. Rex Ryan, hijo del legendario Buddy Ryan aprendió de su padre lo que hizo a los Chicago Bears campeones de la Superbowl. Que todo se basa en una defensa extraordinaria y el ataque ya encontrará una forma de llegar a su destino. Y literalmente, esa fue la fórmula mágica durante la temporada 2009.

Sin un QB claro, sin un RB que fuese élite y con un grupo de receptores de nivel medio, todo iba a depender de lo que se hiciese en una defensa que tenía como líder al histórico corner (y futuro HOF), Darrelle Revis. Con Revis cerrando cualquier pase profundo, David Harris tendría una grandísima temporada como ILB. 127 tackles le convirtieron en el que más realizó de toda la liga, pero además consiguió 5,5 sacks y 2 intercepciones, siendo por tanto un segundo equipo del All-Pro. Esa defensa no encajó más de 3 TDs hasta la semana cuatro, y solo recibirían más de 21 puntos en 5 semanas de toda la temporada.

¿Y cual es la otra norma básica de un equipo que se centra en defender? Que la línea funcione como si no hubiese mañana y para ello estaba Nick Mangold. El equipo parecía prácticamente fuera de Playoff con un 7-7 en la semana 14, pero dos victorias finales les meterían entre los doce mejores equipos de la liga, siendo una de ellas contra unos Bengals que descansaron a casi toda su plantilla. Precisamente por haberse enfrentado a esa plantilla secundaria de Cincinnati, todo el mundo creía que en la Wild Card los Bengals pasarían por encima de un equipo mediocre que habían entrado en Playoff vía rebote. La respuesta de los Jets fue sorprender a la combinación de Palmer y Ochocinco en el Paul Brown Stadium, llegando al divisional.

Tras esa victoria, esperaba San Diego, con Philip Rivers a la cabeza y la sensación de que el favoritismo era absoluto para los Chargers. Pero el partido fue exactamente como Rex quería y como Buddy soñaba el fútbol de Playoff. Defensa, marcador bajo y que sea lo que un kicker quiera. La primera parte se cerró con un 0-7 y al final del tercer cuarto se llegó con únicamente un 3-7 en el marcador. Una recuperación de balón en campo Charger permitió un TD rápido que puso a los neoyorkinos por delante y una carrera de 57 yardas sentenció el partido. Los Chargers conseguirían recortar la ventaja a 17-14 en los últimos 2 minutos, pero los Jets superaban la ronda divisional.

3 Home Teams and the Fucking Jets.

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3 Home Teams and the Fucking Jets

Y llegamos a esa histórica charla motivacional tras pasar a los Chargers, con Rex gritando eso en el vestuario. A pesar de las quejas de parte de la prensa más puritana, Ryan había expresado perfectamente lo que eran aquellos Jets. Drew Brees, Brett Favre (con los Vikings) y Peyton Manning eran los QBs que quedaban en Playoff. Tres equipos de los cuales se hablaba como contendientes desde el día 1, ataques dinámicos, una NFL moderna y con nombres espectaculares. (Hay que hacer una pequeña anotación a pie de página aún así. Sí, estos son los Saints de Gregg Williams y el BountyGate). Era la definición de lo que se había llamado como la nueva era frente a un equipo que era igual de doloroso que un parto y feo como ver un accidente múltiple.

Evidentemente, todo el mundo apostaba por los Colts de Peyton Manning llegando a la SB pero había dudas sobre un posible upset. Y la primera parte fue una demostración de que se debía de tomar en serio a ese equipo de Ryan. Solo un TD para Colts en la primera parte y el equipo de Nueva York yendose al descanso con un 17-13 que podría sorprender a muchos pero no a aquellos que habían sufrido ya a los Jets. No obstante, en la segunda parte la cordura se impuso y los Colts dieron la vuelta al partido para decepción de muchos fans de Nueva York. Evidentemente, todo el mundo se giró hacia la gran final y poca gente se acordó de estos Jets, pero el equipo volvería a ser foco de atención gracias a Hard Knocks.

Y es que en 2010, los Jets fueron los elegidos para formar parte de Hard Knocks y lo que se vio fue la definición de una locura. Rex se transformó en un idolo por ser igual de bocazas que su padre, se vivió el drama del contrato de Revis y el caso de Woodhead, el cual acabó en los Patriots. Con todo eso había caldo de cultivo para hablar de los Jets si le sumabamos la llegada de LT (Tomlinson). Ryan llegó a afirmar que iban a ganar ese año la SuperBowl y todo se transformó en una de las historias a seguir. Los Jets habían pasado a ser el equipo soñado e incluso su inicio de temporada así lo demostró, no perdiendo fuera de casa hasta la semana 13, donde por otro lado fueron salvajemente aplastados por los Patriots, lo cual les dejó sin opciones de ganar la división.

Verdaderas dudas sobre Mark Sánchez

Rex Ryan durante sus dos años gloriosos como entrenador.

Pero mientras que la defensa seguía siendo exactamente lo que se esperaba de ella, el ataque se transformó en inoperante, especialmente si nos referimos al juego aéreo. De las cinco derrotas en temporada regular, cuatro fueron anotando menos de 10 puntos, pero es que en tres de ellas, el equipo rival no pudo anotar tampoco más de 10 puntos. Frente a Baltimore, los Jets cayeron 9-10. Frente a Green Bay, 0-9, New England 3-45 y los Dolphins 6-10. Mark Sánchez ya había demostrado que no era QB de playoff y a pesar del 11-5 que mejoraba el resultado del año pasado, todo parecía acabar en el partido de Wild Card.

Enfrentándose a los Colts de Peyton Manning, todo parecía acabar para la historia soñada de Mark Sánchez. Pero los Jets se aferraron al partido, volviendo a limitar a Manning a un partido bastante limitado. En un partido equilibrado, el partido llegaría al último cuarto con los Colts ganando 10-7. Pero un TD de LT puso a los Jets por delante a falta de solo 10 minutos para que acabase el partido. La defensa de Revis volvió a ralentizar a Manning, quien tuvo que conformarse con dos drives consecutivos que acabaron en Field Goal. Con solo segundos en el reloj, los Jets perdían 14-16, pero un FG de Nick Folk les daría la ventaja mientras el tiempo expiraba. Finalmente y por solo un punto, los Jets acababan de dar una de las mayores sorpresas de la temporada. Irónicamente, este sería el último partido de Peyton como Colt.

Como seed 6 que eran, estaban obligados a volver a New England. Los Patriots de Brady estaban predestinados a destrozar a los Jets, tal y como habían hecho en temporada regular en el Gillette Stadium. En los primeros instantes del partido, los Jets (David Harris) interceptó a Brady por primera vez en 11 partidos y antes del descanso también pararon un fake punt de los Patriots. Todo esto permitió que los Jets se pusieran con un marcador de 14-3 antes de empezar la segunda parte. Los últimos 30 minutos permitieron a los Patriots acercarse, pero la defensa verde masacró a Brady con cinco sacks, llevandose una victoria que todo el mundo consideraba imposible.

La final de conferencia fue exactamente al contrario de lo que querían, con los Steelers adelantándose demasiado rápido para una posible remontada de Jets. 24 puntos en la primera parte para el equipo de Roethlisberger y solo 3 de Nueva York fueron demasiado para que Sánchez lograse remontar el partido. Y aún así, la defensa de los Jets aplastó a Big Ben, incluyendo dos intercepciones y un safety. Aquellos Jets estuvieron a solo 4 puntos de conseguir llegar a la SuperBowl. Irónicamente, este hubiese sido el primer enfrentamiento entre los dos seed 6 de la historia de la NFL en la SuperBowl. Pero la historia de aquellos Jets llegó a su fin al borde de hacer historia y sobre todo, al borde de hacer a Rex Ryan un ídolo a la altura de Joe Namath.

Rápido ascenso, rápido descenso

Dos años maravillosos y luego la inoperancia más absoluta en dos franquicias seguidas

La defensa se hizo mayor, Revis acabaría marchandose a los Patriots y los Jets sencillamente se fueron desvanenciendo poco a poco. Fichajes como Plaxico Burress en la temporada posterior o Santonio Holmes no ayudarían al equipo para volver a entrar en Playoff. 2012 sería la explosión final, con el histórico Butt Fumble y la guerra interna sobre si se debía jugar o no Tim Tebow. Evidentemente, cuando tu pelea en la posición de QB es entre Tebow y Sánchez, sabes que un equipo va a ser desastroso y no fue para menos. En 2013 el equipo más o menos aguantó antes de llegar al bye, pero tres derrotas consecutivas sentenciaron las opciones de entrar en Playoff. Y 2014, el último año de Rex Ryan, fue sencillamente un desastre, con broncas tanto dentro y fuera del campo.

Ryan marcharía a Buffalo, donde trató de poner su estilo de defensa ultra agresivo en práctica. El equipo arrancó con Kyle Orton como QB titular pero fue Tyrod Taylor quién consiguió el puesto. Con estos elementos es difícil entrar en Playoff a pesar de que LeSean McCoy fuese uno de los mejores RB de toda la liga. El equipo aún así tenía talento para entrar en Playoff pero caería en la media Jeff Fisher con una temporada de 8-8. Similar ocurrió la temporada siguiente, con un equipo que arrancó bien (4-2), perdió tres partidos y llegó el bye. Tras el bye volvieron a estar en positivo (6-5) pero finalmente una derrota con Dolphins en la prorroga dejó al equipo en 7-8. La decisión de la gerencia fue la de largar a Rex, el cual siempre prometía la SB y no consiguió alcanzar en Playoff.

Rex dejaría los banquillos y entraría en los medios, lo cual resultó ser su puesto ideal. Rex, al igual que anteriormente Buddy, era definitivamente un líder de vestuario y sus jugadores le querían. El problema es que la boca tan grande que tenía obligaba a sus equipos a llegar a cotas para las cuales no estaban preparados. El SuperBowl or Bust de 2010 le transformó en una celebridad y a la vez en un meme terrible con el fetiche de los pies (esto daría para otro artículo propio y muy loco) como principal bandera. Fueron años locos en la AFC Este y fueron años aún más locos en Nueva York. Tannenbaun la lió, posiblemente Rex nunca se merecería haber ganado la SB, pero fueron años divertidos. Y sobre todo, demostraron que los equipos feos también pueden ganar partidos.

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