Pasan los años y Russell Wilson sigue creciendo, al grado de ser uno de los jugadores más completos en la NFL. Sin contar con linieros ni receptores de elite, el mariscal de los Seattle Seahawks se desenvuelve como el líder absoluto de esta franquicia. Dirige y ejecuta, pero también observa e improvisa. Siempre ha sido peligroso por su cualidad para moverse fuera del pocket y a eso le ha sumado técnica y puntería pasadora, siendo ahora capaz de lanzar de forma estática como también en movimiento.

Así lo hizo el jueves pasado en el triunfo frente a los L.A. Rams, donde Wilson jugó un partido extraordinario. Lo presionaban en casi todas las jugadas y siempre lograba escabullirse. Brillante maniobra en el primer touchdown, estirando la jugada y encontrando a Tyler Lockett, quien completó la jugada con una espectacular recepción. Luego, un Play Action derivó en un pase profundo (muy bien tirado) de Russell que cayó directo a las manos de D.K. Metcalf para otra anotación. Y cuando había que ganar el partido en el cuarto período, Wilson apareció nuevamente en un 4th & Goal, donde tuvo la paciencia para encontrar a Chris Carson, quien atrapó el pase (titubeo mediante) que acabó siendo decisivo para los Seahawks.

Todos los recursos del # 3 de Seattle al servicio de su equipo y los utilizó en una dura contienda divisional. Sus registros finales confirman su gran desempeño: 17 pases completos sobre 23, 268 yardas, 4 touchdowns y un rating de 151.8. De hecho, este comienzo de campaña refleja el buen momento que vive Russell: en cinco partidos, ha completado el 73.1% de sus envíos, su rating alcanza los 126.3 y su balance de touchdowns e intercepciones es 12/0. En los últimos dos rubros, es el mejor de la liga. Quizás sea un buen momento para reconocer como realmente lo amerita este jugador, quien pese a ser campeón de Super Bowl en 2013 y haber jugado en una segunda ocasión, nunca ha tenido tanto crédito en comparación a otros pasadores. Wilson es un grande.

Cuatro victorias en los primeros cinco partidos tienen a los Green Bay Packers en la pelea por el primer puesto de su división. Parte del proceso lo ha generado la defensa, que evoluciona bajo la coordinación de Mike Pettine, cuya unidad ha tenido buenas actuaciones y sobre todo, ha generado jugadas en momentos claves. En el reciente triunfo ante los Dallas Cowboys, lograron varias capturas y robos de balón en 3rd downs o bien, en momentos cuando el equipo de Dallas insinuaba con acercarse en el marcador. Esta defensiva quizás no tenga grandes estrellas, pero sí cuenta con jugadores funcionales dentro del esquema.

Bajo ese concepto encajan perfectamente Preston Smith y Za’Darius Smith. Llevan el mismo apellido, juegan la misma posición (linebacker) y sus funciones en la cancha son similares, tackleando y presionando al quarterback rival en situaciones obvias de pase. No paran de correr en el partido, saben anticipar jugadas y se han convertido en piezas importantes, sobre todo cuando Pettine manda Pass Rush. Preston y Za’Darius influyen, creando duelos favorables que les permiten llegar a los mariscales adversarios. Quizás no aparezcan en highlights, pero juegan bien y han sido constantes en este tramo de la temporada.

El domingo registraron, de forma combinada: 7 tackles (3 causaron yardas negativas), 3 capturas y 6 golpes al QB. Un juego completo de ambos y eso que Za’Darius se lesionó en pleno partido. Ambos llegaron este año a Green Bay mediante la agencia libre y sin hacer mucho ruido, en parte porque no son populares. Pero así es como rápidamente encontraron su espacio en el equipo y complementan las tempraneras ventajas que producen Aaron Rodgers y la ofensiva, tal como ha sido en las victorias que han logrado los Packers.

En estos tiempos, es anti-popular ganar partidos con defensa y también lo es ganar con ofensivas terrestres y de largo aliento. El domingo en la noche, los Indianapolis Colts implementaron una estrategia clásica pero eficiente: darle el balón a los corredores, llevar el balón todo lo que fuera posible por tierra y consumir todo el tiempo posible en cada ofensiva. Así fue como lentamente se adueñaron del juego en su visita a los Kansas City Chiefs y así fue como también dejaron con pocas chances al equipo rojo, pese a la exigua diferencia en el marcador (19-13, el resultado final).

En la segunda mitad quedó reflejado ese dominio, donde los Colts tuvieron el balón en dos tercios del tiempo. Acabaron corriendo 45 veces, sumaron 180 yardas y su único touchdown fue mediante esa vía, gracias a Jacoby Brissett. Pero quien llevó el peso del ataque fue Marlon Mack, con paciencia para identificar los bloqueos y con decisión para atacar los espacios. Así fue una y otra vez en el partido, totalizó 132 yardas en 29 acarreos. Solo le faltó anotar para redondear una gran actuación y en general, al equipo solo le faltaron más touchdowns aparte de los field goals de Adam Vinatieri, porque la clínica de Old School Football que brindaron en Kansas City fue admirable.

Frank Reich saca provecho de lo que tiene, a pesar de haber sufrido el retiro de Andrew Luck durante la pretemporada. Ya no está Luck, pero hay una base cimentada desde el año pasado y por la cual continúa trabajando Reich en función del buen desempeño de sus jugadores. Bloquear, correr, quemar tiempo y anotar. Una fórmula vieja pero nunca despreciable, sobre todo si estaba Patrick Mahomes enfrente. Los Colts saben lo que hacen, aún si no tienen suficiente reconocimiento.

Artículo original en Gringo Sports: https://gringosports.blogspot.com/2019/10/infravalorados.html

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