Hay un tema de la Taylor Swift que se llama “Karma”. Sin ser fan ni mucho menos de ella, sé que es muy popular entre las swifties, ya que habla principalmente de lo bien parada que ha quedado en el tiempo a pesar de las malas acciones de otras personas, respondiéndole a aquellos que la han dañado y sugiriendo que el famoso karma hará su trabajo en forma de justicia divina y en algún momento les devolverá la mano.

  Siempre hemos escuchado o leído dicha palabra en diversos contextos, particularmente en lo relacionado al deporte, basta recordar las múltiples veces que se ha mencionado el karma de la U en el Monumental, o el de Colo-Colo a la hora de tratar de pasar fase de grupos de la Libertadores, haciéndonos entender que el karma es más o menos una especie de destino ya escrito, que independiente de como que se hagan las cosas, siempre tendrán el mismo final. Es más, si nos ponemos a revisarla en la página de la RAE, encontramos un significado religioso indio que no interesa acá y otro que señala que en algunas creencias es una fuerza espiritual, definición que calza acá, esa fuerza que no vemos pero que siempre hará lo posible para que se repitan los ciclos, tengamos un mismo resultado y los flashbacks de Vietnam aparezcan en todo su esplendor con algún hecho específico que hace volver todo a fojas cero, otra vez.

  Existen pocos equipos más malditos en toda la NFL que los Buffalo Bills, franquicia a la cual le cae como anillo al dedo la definición de “karma”. Sus leales fanáticos han debido aguantar muchas cosas que los han venido traumando durante años, partiendo por esas 4 derrotas consecutivas entre los Super Bowls XXV y XXVIII, seguido del Music City Miracle en Nashville a inicios de este siglo, la sequía de casi 20 años sin ir a playoffs, esos 13 segundos finales en Arrowhead, y hasta que un jugador casi se les muera en cancha a inicios del 2023 en Cincinatti tras un tackle mal dado, en fin, demasiado para un fanbase tan fiel al que le ha tocado duro, pero que le pone el hombro a través de costumbres tan jeds como el tirarse encima de mesas (que a veces están con fuego) durante los tailgates previos a sus partidos, así como también mediante gestos comunitarios como el ir a palear la nieve acumulada en el estadio a cambio de 20 dólares, un snack y una bibía, y otras cosas que de vez en cuando arrojan a la cancha, como uno que otro pico de goma que se ha visto por ahí

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“No good, wide right” fue la frase que salió de la boca del legendario Al Michaels, quien relataba ese día para la cadena ABC, tras el fallo del kicker Scott Norwood que hubiese puesto a los Bills arriba por 2 faltando la nada misma en el Super Bowl XXV y que significaba el primer anillo en la historia de la franquicia. Si bien en los 3 años siguientes sufrieron sendas derrotas en la misma instancia ante Redskins y Cowboys x2, fue ese el momento que marcó a toda una generación de fans, y fue esa frase “wide right” la que pasó a la historia como la más nefasta en la historia de Buffalo, ya que básicamente significa revivir el trauma, volver al momento más triste jamás recordado por ellos.

El pasado domingo, Tyler Bass tenía en su pie derecho la posibilidad de empatar el partido ante los Chiefs faltando poco menos de dos minutos, esos mismos malditos Chiefs que ya habían derrotado 3 veces a los Bills en Arrowhead en playoffs en los últimos años, incluido el ya mencionado episodio de los 13 segundos, y que iban a tener el balón por el tiempo suficiente para ir ellos también por un FG y ganarlo igual sobre el final, quizás eso iba a suceder pero nunca se sabrá porque como ya señalamos, el karma es una fuerza espiritual que te hace repetir ciclos, que te hace caer de hocico en tu propio destino ya escrito, como un portazo en la cara que te destroza la ñata. Otra vez los Chiefs, y ni siquiera esta vez en Arrowhead, sino en Buffalo, con su gente.

“Wide right, the two most dreaded words in Buffalo have surfaced again” fue lo que atinó a decir Jim Nantz, relator de CBS tras el fallo de Bass, pasaba de nuevo, a tan solo 6 días del aniversario 33 del episodio de Norwood el karma volvía a hacer su pega reviviendo el momento más doloroso de todos, y no podía ser de otra manera, porque son los Bills, y justo contra ese equipo de mierda que les ha hecho la vida imposible, para más remate, la Taylor Swift estaba presente en el estadio apoyando a “that guy on the Chiefs” (tal como ella describió al karma durante uno de sus conciertos en Buenos Aires el pasado mes de noviembre) y lo vio todo, ni siquiera el crossover entre Peppa Pig y Josh Allen sacudió la maldición, la que quizás atrajo el torso desnudo del jed de Jason Kelce a 5 grados bajo cero. En fin, el karma existe, y los Bills son su víctima favorita por escándalo.   

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