Dennis Green define lo complicada que es la NFL. Un buen entrenador, con buenos récords pero olvidado.

Dennis Green es uno de los pioneros dentro de la NFL. Para ser concretos es el segundo entrenador afroamericano en la era moderna (tercero en toda la historia) y el primero que no había jugado antes. Curiosamente también es unicamente el quinto entrenador de la historia de los Minnesota Vikings. Es decir, Dennis es un entrenador pionero pero eso no implica que sea desconocido por ser mediocre. Para ser concretos, Green alcanzó los Playoffs en 8 de los 10 años que estuvo en Minnesota y generó uno de los mejores ataques de la historia de toda la NFL.

Pero Dennis Green es olvidado para el gran público por no conseguir nunca el anillo como HC. También por su paso final por Cardinals, donde cogió una franquicia moribunda y la insufló con una mentalidad de pelea constante pero sin alcanzar un récord positivo en tres años. No obstante, y por desgracia, lo único que se recuerda de él es el histórico rant contra su propio equipo. De este momento hablaremos posteriormente, pero la realidad es que Green fue mucho más, fue la puerta para muchos otros y una de las personas que mejor comprendió el juego de los 90.

Dennis Green y el ataque del siglo

Dennis Green junto a Randy Moss en una rueda de prensa.

Dennis Green arrancó su carrera en NFL en 1979, cuando durante un año estuvo como coordinador de equipos especiales en los San Francisco 49ers. Tras ello en 1981 tendría su primera oportunidad como entrenador jefe en la universidad de Northwestern. Cinco temporadas mediocres después, Green volvía a San Francisco como entrenador de receptores y allí estaría junto a una leyenda como Jerry Rice. Tras ganar una SB, Stanford le llamó como HC y sus resultados fueron muy superiores a los que tenía la universidad anteriormente, llevando al equipo de un 3-8 en su primera temporada a un 8-4 en 1991 y la primera Bowl en 5 años.

Tras la retirada de Jerry Burns. fue Minnesota quién firmó a Green para su primera experiencia como HC en la NFL. Criado en la ofensiva de Bill Walsh y aún sufriendo los desastrosos resultados del trade por Herschel Walker, Green logró ser el entrenador del año en su debut. Los Vikings volvían a Playoff y ganaban la división con 11 victorias en temporada regular pero cayeron en el Wildcard con los Washington Redskins. Los siguientes años fueron muy similares con una diferencia, el QB. En 1993 un Jim McMahon casi retirado fue el titular, el 94 y el 95 fueron para Warren Moon y el 96 fue una combinación entre Moon y Brad Johnson debido a la lesión del primero. En estos cinco años, el equipo había entrado en Playoff en cuatro, pero para una parte de la directiva no era suficiente.

El intento de firmar a Lou Holtz y las protestas constantes de la prensa provocaron que la autobiografía de Green fuese un ataque constante al mundo. Pero era lógico, en 1996 le habían intentado sustituir y la prensa quería a alguien “que pudiese ganar el anillo”. En mitad de esa vorágine, nadie recordaba que de momento todos los QBs que habían ido a Minnesota estaban en la rampa final de su carrera y aún así entraban en Playoff. Con Randall Cunningham en 1997, el equipo lograría su primera victoria en Playoff, remontando 9 puntos en 90 segundos frente a los New York Giants aunque caerían frente a los 49ers de Steve Young en el divisional. Poco o nada hacía pensar que 1998 sería Minnestoa el gran favorito para ganar el anillo.

Y es que hasta 1997 Minnesota se basaba en dos nombres, Cris Carter en ataque y John Randle en defensa. Posiblemente dos de los mejores jugadores que hayan vestido nunca el color púrpura tenían muy complicado lograr nada a pesar de que Cunningham era una clara mejora sobre lo que había habido con anterioridad. Pero fue el drafteo de Randy Moss lo que le daría a Green la oportunidad de ejectuar su West Coast Offense.

Y vaya si lo realizó. Con el ataque más explosivo que se recuerda, Minnesota destrozó todos los registros en 1998. En ningún partido de la temporada anotó menos de 24 puntos, batió el récord de puntos en una temporada, ganó 12 partidos por más de 10 puntos, acabó la temporada con un récord de 15-1 y Randy Moss batió el récord de TDs en una temporada. Pero además de Randy Moss y Cris Carter teniendo temporadas élite, poca gente recuerda que Robert Smith también corrió para más de mil yardas, lo cual hacía que a pesar de ser el mejor ataque de pase de la liga, el juego de carrera no era malo. El único punto débil era la secundaria, debido a que el front seven estaba capitaneado por John Randle.

Nada de eso importaría en la final de conferencia de la NFC. Un FG de solo 39 yardas por Gary Anderson, impedirían cerrar un partido que no debería haberse escapado. para un ataque tan superior. Ganando de 7 a falta de dos minutos, ese fallo y una intercepción dropada permitiría a Falcons llevar el encuentro a la prórroga. Allí Falcons no perdonaron en un FG y se llevaron la mayor oportunidad de Minnesota de ganar un anillo en los últimos 30 años. Esta sería también la última temporada de Cunningham a un buen nivel, lo cual dejaría al equipo lejos de volver a competir un anillo.

Pero aún así, Minnesota seguiría siendo competitivo en 1999 y 2000, juntando el juego terrestre con un nuevo QB. Tras Jeff George en 1999, Daunt Culpepper en el año 2000 sería el titular. En ambos años, el equipo cayó frente al futuro equipo por la NFC de la SB. En el 99 el tiroteo con los Rams fue excesivo mientras que en el año 2000 los Giants les dominaron a placer en una final de conferencia infausta. Esta final de conferencia sería también el último de John Randle como jugador de los Vikings.

2001 sería el desastre final. Con el fallecimiento de Korey Stringer por el calor en el training camp, Dennis Green seguía siendo la figura más querida y odiada de toda la franquicia. Una mala temporada que terminó 5-11 dio por acabada la historia de Green en Minnesota. Junto a él, Cris Carter se retiraría (posteriormente volvería en Miami) y los Vikings volverían por varios años al desastre. Más allá de las múltiples polémicas alrededor de su figura, Dennis Green es el segundo mejor entrenador de la historia de la franquicia, solo por detrás del legendario Bud Grant.

Volver a competir en Arizona

Dennis Green durante su paso por Arizona

Es complicado entender el paso de Dennis Green por Arizona Cardinals sin explicar que era aquella franquicia. Llegaron al estado del sur de Estados Unidos en 1988 y los resultados no se hicieron de esperar, en concreto seis años para conseguir una temporada de 8-8 y diez para lograr una temporada victorias y entrar en Playoff. Durante todo este tiempo, en Arizona se instauró una mentalidad de franquicia perdedora muy similar a la vivida en Cleveland desde 2005. No solo es que los Cardinals eran malos, es que todo el mundo creía que eran malos. Cuando Green llega en 2004, el mayor éxito de la franquicia en el siglo era un upset en la última jornada que había supuesto que los Vikings quedasen fuera de Playoff.

Con ese bagaje tan ridículo, los Cardinals firmaron en 2004 a Green con la esperanza de que ocurriese lo mismo que en Minnesota. Nadie creía en los Playoffs pero sí en que el equipo pasase a ser competitivo. Y aunque nadie lo sabría cuando él se marchó, la realidad es que cumplió con creces su objetivo. Los números le salieron negativos, pero la creencia de muchos expertos es que no se puede entender la SB de 2008 de Arizona sin hablar del personal y el trabajo de Green. La llegada de Dennis no obstante estuvo empañada por algo que poco tiene que ver con el fútbol. Pat Tillman, que había dejado la NFL para servir a su país, fallecido víctima de fuego amigo durante la Guerra de Irak.

Esta desgracia marcaría la temporada de Cardinals en cuanto a sus uniformes pero dentro del campo se vio la primera alegría desde la llegada del propio Tillman. Larry Fitzgerald fue la primera elección de Dennis Green en el Draft debido a que le conocía como uno de los chicos que iba todos los partidos a Minnesota como Ball Boy. El resultado de 6-10 mejoró lo del pasado año pero dos derrotas ante un horrendo equipo de San Francisco impidieron al equipo poder optar al Playoff. En 2005, Arizona firmó a Kurt Warner y Larry Fitzgerald empezó a demostrar su nivel junto a Anquan Boldin. Pero un juego de carrera mediocre y una defensa débil provocaron un 5-11 que era por otro lado esperado.

En 2006, Arizona se marchaba a un nuevo estadio y drafteaba a una leyenda de USC como Matt Leinart para el puesto de QB. Había muchas esperanzas en que aquel año sería el bueno pero la realidad es que el arranque fue terrible. Llegar al bye 1-7 es muy mala señal, pero la realidad es que el partido frente a Rams, Chiefs y Bears (del cual hablaré más adelante) fueron perdidos por actuaciones verdaderamente horrendas en partidos ganables. Precisamente la derrota con Bears sería la que provocaría a la postre el despido de Green pero aún faltaban las semanas posteriores al bye.

En los siguientes 8 partidos, Cardinals ganaría cuatro, incluyendo una sorprendente victoria contra los Seattle Seahawks, quienes entrarían en Playoff. No obstante, otro resultado de 5-11 fue definitivo para que Dennis se marchase de Arizona. Fitzgerald y Warner serían decisivos dos años después para alcanzar la SuperBowl al igual que el coordinador defensivo, el cual fue traído por el propio Green. A pesar de que sus resultados no fueron los adecuados, la realidad es que con Green los Cardinals empezaron a creer que eran un equipo competitivo. Irónicamente y al igual que en Minnesota, ese buen trabajo remodelando una franquicia fue lo que provocó su despido, algo extraño en la NFL.

El rant

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El vídeo por el que más se recuerda a Dennis Green

Antes he pasado por encima de esto pero el motivo número uno del despido de Green fue el histórico rant frente a los Bears. El rant es cuando un jugador o entrenador estalla contra la prensa y da un discurso totalmente enfurecido por algo. En el caso de Dennis Green, todo vino provocado por uno de los peores partidos de un QB de la historia y no fue el suyo. Rex Grossman completó un partido casi perfecto de lo malo que fue, 4 intercepciones, 2 fumbles y 0 puntos gracias a él, un QBR de menos de un 5 (el QBR se puntúa sobre 100).

Con todo esto, el plan de Arizona había funcionado a la perfección, habían anotado puntos y tenían la victoria casi asegurada. Brian Urlacher en defensa y Devin Hester en equipos especiales sencillamente destruyeron a los Cardinals, provocando la primera remontada de 20 puntos de la historia… Sin TDs ofensivos. Green y estos Cardinales ya habían jugado contra los Bears en pretemporada y el plan era algo similar a lo visto en la primera parte. Anotar rápido, no perder el balón y aprovecharse del desastre que era Rex Grossmann. Nadie podía imaginar el monumental enfado de Green cuando llegó a la rueda de prensa a pesar de que los Bears eran un equipo que llegaba invicto.

Sus palabras se han repetido hasta la saciedad, han sido usadas en anuncios y el propio Green tuvo que pedir disculpas a su equipo. Pero la realidad es que Dennis tenía razón en todo lo que dijo y el enfado estaba justificado. Igual que pasaba en Minnesota, el carácter duro y de no callarse las cosas fueron definitivos para su despido. Quizás si hubiese sido mucho más relaciones públicas, no habría sido despedido de ninguno de los dos equipos pero posiblemente también hubiese perdido parte de lo que le defenía. Dennis Green no aceptaba chorradas y era un tipo duro pero querido por sus jugadores. Llevó a Moss a cotas inimaginables como rookie, favoreció la carrera de HOF de Cris Carter, ayudó a Fitzgerald a mejorar y le dio la que sería la última oportunidad de Kurt Warner. Todo esto logrando mejorar a dos ataques que no habían lucido hasta ese momento.

Legado

El entrenador sonríe en su antigua chaqueta de Minnesota

Posiblemente la imagen de Randy Moss visiblemente emocionado al ser preguntado por Dennis Green puede resumir esta parte. Green podría ser un tipo duro, alguien que apretaba a todo el mundo, pero era un buen hombre y una buena persona para sus jugadores. Y desde un punto de vista puramente futbolístico, Dennis es un pionero como entrenador afroamericano y un grandísimo entrenador. Green falleció en 2016 debido a un infarto y desgraciadamente todos los honores que ha recibido han sido a título póstumo. Solo en 2018 los Vikings se dignaron a poner a su mejor entrenador de los últimos 30 años en el Ring of Honor del estadio.

No pudo ver a Randy Moss en el HOF, no pudo ver a muchos de los chicos a los que dio una segunda oportunidad triunfar y tampoco puede ver como sus antiguos jugadores hablan de él. Comparandole con Coughlin y Belichick, todos hablan de él como de una figura paterna que ayudó a sus carreras. Belichick introdujo al HOF a Randy Moss con toda la razón del planeta (al fin de al cabo, le consiguió devolver a su mejor estado), pero si Green hubiese estado vivo, ambos merecerían haber tenido esa oportunidad.

Injustamente criticado por una prensa acomodada y engreída en Minnesota. Vilpendiado por una directiva igualmente mediocre que le sacó de circulación en el primer mal año de su carrera después de haberlo intentado cuando el equipo funcionaba. Repetido hasta la saciedad como un chiste y como alguien que perdía el control por un rant al creer que podría haber ganado a un equipo invicto (cuando verdaderamente había podido hacerlo). Pero para aquellos que le conocieron, uno de los mejores entrenadores para crear y moldear talento, especialmente en el puesto de WR. Eso es lo que nos dejará Dennis Green

Quizás no se vuelva a hablar de Dennis Green en mucho tiempo. Es muy probable que su nombre se olvide debido a que la actualidad merece el foco de las noticias. Pero Coach Green quedará siempre en la memoria de muchos jugadores y muchos aficionados tanto de Vikings como de Cardinals. Pero especialmente, siempre quedará como una figura a imitar por muchos jóvenes afroamericanos que quieren convertirse en entrenadores de fútbol americano. 3 años tarde, pero este es mi particular agradecimiento a Dennis Green por toda su trayectoria.

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