Los Ángeles se quedó sin football por más de 20 años debido a sus propios problemas, no a la NFL.

Actualmente, LA tiene a dos equipos en sus ciudades. Los Rams, un equipo relativamente querido, y los Chargers, el equipo con peor asistencia de la historia de la NFL. Pero de 1993 a 2016, la ciudad se quedó sin ninguna franquicia. Esto provocó un odio eterno a la liga, acusaciones de que todo eso era una conspiración y de que eran la peor liga mundial. La realidad es que los Houston Texans nunca hubieran existido si no fuese por los egos dentro de la ciudad de Los Ángeles, los cuales ya habían acabado con Rams y Raiders fuera en el 95. La franquicia 32 que acabaron siendo los texanos estaba prevista desde el primer momento que se creó para los angelinos.

Entre 1995 y 1999. ¿LA Seahawks?

Cuando casi nos quedamos sin football en Seattle.

La marcha de los Rams a Saint Louis fue traumática pero no era irremediable. La NFL trató de impedir que LA se quedase sin equipo y por ello le ofrecieron un proyecto a Al Davis para que Raiders no se marchasen de la ciudad. En el mismo, se hablaba de la construcción del Hollywood Park como estadio de NFL (el mismo terreno donde ahora los Rams están montando su estadio, sí). Pero Davis decidió que no iba a seguir en LA después de que la ciudad gastase dinero en el 94 en algo superfluo y no en renovar el Colliseum. Ese gasto superfluo fue intentar reparar la ciudad después del terremoto de Northridge, algo que es muy inferior a un campo de fútbol. O al menos así es como lo veía Al Davis, genio y figura (para lo malo) hasta la sepultura.

Debido precisamente a que LA era una ciudad enorme, no fueron pocos los equipos que empezaron a investigar la opción de moverse a California. El que más interés le puso a este movimiento fue Ken Behring, el propietario en aquel momento de los Seattle Seahawks. Viendo la oportunidad de llevarse un buen pellizco (y posiblemente un estadio nuevo), rápidamente trasladó la base de operaciones a Anaheim. El movimiento no solo se encontró con la respuesta de la afición, si no que la NFL no estaba dispuesta a dejar que un equipo cayese de esta forma mientras otras franquicias se trasladaban. Por ello, la NFL decidió sancionar al equipo por cada día que tuvieran su base de operaciones en Anaheim, lo cual evidentemente molestó a Behring. El propietario devolvió la base de operaciones a Seattle y vendió sus acciones a Paul Allen, el cual era oriundo de Seattle y mantuvo al equipo en la ciudad sin ningún tipo de duda.

1999. Cuando los propietarios se unen en favor de LA.

Michael Ovitz, el primero que intentó devolver el fútbol a LA

Hay que recordar lo primero que la marcha de los Rams de LA fue en contra de toda la NFL. No de unos cuantos propietarios, de absolutamente todos los propietarios que estaban. Lo único que impidió a la liga parar el traslado fue la amenaza de una demanda que podía provocar pérdidas millonarias a la competición. La NFL nunca quiso perder al segundo mercado más importante de Estados Unidos y por tanto con la expansión de la liga rápidamente buscaron devolver la competición a la ciudad californiana. El resto de ciudades que podían haberle competido (Carolina, Jacksonville y Saint Louis) ya tenían equipo, lo cual dejaba un camino fácil. Con la creación de los Ravens, la NFL tenía 31 equipos y no estaba dispuesta a jugar con un número impar de equipos. Por ello, había muchos rumores sobre que decisiones iban a tomar los propietarios para llegar a los 32 equipos.

Antes de que siquiera debutasen los renacidos Cleveland Browns, Michael Ovitz, ex-presidente de Disney, afirmó que tenía una inversión de 750 millones prevista para montar una franquicia en LA. Su plan era montar un estadio propio en Carson que pudiera recibir la nueva franquicia. Tres meses después de este anuncio, Paul Tagliabue, comisionado en ese momento, confirmó que la NFL iba a tener una nueva franquicia y que en abril de 1999 se definiría que ciudad recibiría tal honor. Gracias a esta decisión, Ed Roski se unió a la pelea, prometiendo que el equipo jugaría en el Colliseum, un estadio mucho más conocido para el fan de la NFL. La pelea entre dos proposiciones normalmente acaba con una fusión o compra de una de las dos, lo cual permite que la propuesta final tenga aún más financiación.

La idea de Carson era mucho más factible, mientras que la del Colliseum convencía más a la NFL. El motivo es que la segunda implicaba una remodelación realmente interesante de la zona externa con parkings y demás gastos para modernizar la zona. El problema es que ni la ciudad ni el estado iban a pagar lo que se les pedía por todo el drama ocurrido con los Rams hace solo cinco años. En esta situación, la NFL decidió en marzo apoyar la creación de una nueva franquicia con 29 votos a favor y dos en contra con sede en Los Ángeles. ¿La única propuesta que existía en aquel momento con opciones reales de recibir la franquicia? Houston, la cual bajo el mando de Bob McNair prometía un estadio nuevo en la ciudad, una zona totalmente moderna y con el valor sentimental de que los Oilers (actuales Titans) se acababan de ir en la ciudad.

LA screw LA.

Un hombre con un plan frente a una ciudad dispersa y en guerra

Y como diría Vince McMahon sobre Bret Hart (Bret screw Bret), quien se fastidió sus opciones fue la propia LA. Debido a que Tagliabue sabía que había dos propuestas, se decidió que si no había avances por ese lado, Houston podría presentar su proyecto. En abril del 99 una comisión de la NFL fue a LA y lo que se encontraron fue un desastre total y absoluto. No se iba a poner un solo dólar de los impuestos para la construcción o remodelación del estadio y Roski y Ovitz seguían sin llegar a ninguna clase de acuerdo. En esta situación, la liga empezaba a sentirse insegura sobre la capacidad de las propuestas de satisfacer lo necesario para montar una franquicia NFL. Roski aumentó su propuesta, prometiendo remodelar toda la zona, reconstruir el Colliseum y crear un centro comercial, lo cual fue respondido por las autoridades con que seguirían sin darle un solo dólar de la parte público. Tagliabue en ese momento se hartó de que no hubiese una propuesta unificada y avisó que si en un mes no había ningún avance, concendería a Houston la opción de mandar su propia propuesta.

Las cosas se complicaron más cuando Marvin Davis, ex presidente de FOX, intentó meter también una propuesta propia en el concurso. Con 3 propuestas de LA sobre la mesa, la NFL acabó abriendo la mano a Houston, permitiendo que mostrase sus opciones. A sabiendas de que una reunión entre McNair y la NFL estaba prevista para el 6 de octubre, Ovitz confirmó que hacía una oferta de 540 millones para ser el propietario de la nueva franquicia. Houston salió de la reunión poniendo una oferta de 700 millones en la mesa, con apoyo público y la sensación de que su proyecto era muy superior en todos los sentidos al californiano. Después de la reunión, los propietarios votaron y los 29 que decidieron emitir un voto, apoyaron la propuesta de Houston. Una franquicia hecha prácticamente con el único objetivo de que LA no tuviese que quedarse sin equipo acaba fuera de la ciudad por la incapacidad manifiesta de sus propietarios para unirse.

Evidentemente muchos acusaron a la NFL de conspiración y de no querer a la ciudad etc. La realidad es que nadie quería más que la liga volver a uno de sus mejores mercados televisivos. Pero los egos y las peleas dentro de la ciudad impidieron que fuese posible. Igualmente el resto de intentos posteriores tuvieron resultados adversos debido a que las ideas eran cuanto menos alocadas. Lo primero fue hacer un estadio al lado del Staples Center, algo que no consiguió el apoyo de la ciudad e igual ocurrió con hacer otro al lado del estadio de los Dodgers, avisando en ambos casos la ciudad de que no pensaba invertir en el intento. En 2008 Roski volvió a intentar convencer a la NFL, en este caso con un estadio en Industry. En este, el objetivo era llevarse a una franquicia ya existente, lo cual provocó negociaciones con los Vikings, los Jaguars y los Bills, los cuales acabaron volviendo a sus ciudades. El plan murió tras la venta de los Jags a Khan e igual ocurrió con el intento de State Farm de patrocinar un nuevo estadio. En cuanto los Vikings tuvieron dinero público para su flamante nuevo estadio cerrado, toda opción de traslado a LA se cerró, acabando así con la reedición del caso de los Lakers,

2015. El show final

El estadio de Carson que jamás conoceremos

Durante años, LA fue usada como la moneda de cambio que daban los equipos si tenían problemas de dinero. ¿No montáis un nuevo estadio con dinero público? Pues nos vamos a LA que hay varios multimillonarios detrás nuestra. La propia NFL pensó en incluir dos nuevas franquicias en la ciudad aunque esto nunca se llevó a cambo debido a la dificultad de llegar a un equilibrio como el existente en Nueva York. Pero al final, todas las franquicias con pasado en LA decidieron volver y las tres tenían prioridad, por lo que la locura pasó a ser de chiste. La NFL afirmó que solo podía haber dos equipos y que deberían compartir estadio para poder permitirse el coste de lo que sería el nuevo estadio. Con esto en mente, Chargers, Rams y Raiders presentaron sus proyectos.

El proyecto de Chargers y Raiders era muy similar al de Ovitz en el 98, con las mismas hectáreas de terreno siendo usadas. Aquí sí que se consiguió apoyo de las autoridades y todo hacía indicar que al final se iba a construir un estadio en Carson. No obstante, la llegada de los Rams trastocó todos los planes debido a que Kroencke pretendía montar su propio emporio en Inglewood. Este estadio era exactamente la misma propuesta (con un nuevo diseño, claro) que había descartado Al Davis en 1995, por lo que estábamos una vez más ante dos propuestas ya existentes. La NFL tenía que decidir que dos equipos tenían más derecho a reclamar la ciudad y por tanto solicitaron que se expandiesen ambos proyectos y se presentasen a la junta de propietarios. Exactamente igual que en 1999, todo hacía indicar que esta vez, siendo los propios propietarios los que estaban peleando por la franquicia, alguien acabaría cediendo.

El proyecto de Raiders parecía mucho más claro y en un primer momento estaba casi seguro que serían ellos los que se llevarían el acuerdo por tener el apoyo de Chargers. No obstante, Kroenke rápidamente movió su dinero y mostró a la NFL la disposición a pagarlo todo de forma prácticamente íntegra y siempre con capital privado. A pesar de que la propuesta de Raiders era muy similar, el montante final era inferior, lo cual para la NFL siempre es algo negativo. En ningún momento ambos proyectos convergieron o tuvieron un acuerdo, simplemente se sometieron a la votación de la NFL. Días antes de que se celebrase esta, Jerry Jones dio el bote salvavidas al proyecto de Inglewood al comentar la opción de que Chargers compartiese estadio, igual que ocurría en la proposición de Raiders. Los antiguos aficionados de Oakland acabarían viendo a su franquicia marchar a Las Vegas mientras que Chargers y Rams compartirán el que ahora se llama SoFi Stadium. 25 años después, pero el proyecto ofrecido a Al Davis verá la luz mientras que Carson se quedará sin equipo como en 1999.

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