St. Louis es posiblemente la ciudad más enamorada al deporte que existe.

La NFL es una amante cruel y más si eres de una ciudad pequeña. Muchas ciudades han vivido como su equipo era arrebatado por problemas de dinero. Pero pocas han vivido ese desamor con tanta intensidad como los residentes en la ciudad de Missouri, los cuales perdieron dos veces a sus equipos y en ambos casos por cosas en la que poca culpa tienen ellos.

Los St Louis Cardinals y como Atlanta casi les roba todo el deporte.

Los St. Louis Cardinals, una de esas franquicias que la gente ha olvidado que existían.

Para entender bien la situación, hay que partir de la base de que Saint Louis nunca ha tenido una franquicia propia. Siempre ha recibido franquicias que se marchaban de sus ciudades natales por problemas de dinero y acababan en la ciudad de Missouri. En el caso de los Cardinals, el problema fue la imposibilidad de competir con los Chicago Bears en Chicago, por lo que recalaron en St. Louis en 1960. La ciudad nunca había tenido un equipo de fútbol americano, y eso se notó en las asistencias. Incluso, tener el mismo nombre que el equipo de beisbol no ayudó a que la gente se aficionase a la nueva franquicia. Cinco años después de llegar, el equipo ya estaba mirando la opción de marcharse a Atlanta, una ciudad que se suponía mucho más amante de la NFL. Los dirigentes de la ciudad pactaron la construcción de un nuevo estadio, el Busch Memorial Stadium y Atlanta se llevaría la nueva franquicia de expansión, los Atlanta Falcons.

Pero en el medio oeste las cosas no suelen ser bonitas por desgracia. Debido al nuevo estadio, aunque consiguieron mantener a su mediocre (mucho talento, cero participaciones en playoff) equipo de fútbol, poco pudieron hacer en la NBA. Para el equipo de baloncesto, se ofreció compartir el St. Louis Arena con el equipo de la NHL (Blues) pero el propietario, Kerner, se negó ya que quería un estadio propio, pagado por los contribuyentes, para conseguir más dinero. Evidentemente, la ciudad no se podía permitir la construcción de dos estadios distintos al mismo tiempo para dos deportes. Debido a ello, el equipo fue vendido a Carl Sanders, ex gobernador de un estado del sur de Estados Unidos, concretamente el estado al cual se iría la franquicia. ¿Quiénes eran los agraciados de esta decisión? Los residentes en Georgia, creándose así los Atlanta Hawks. Dos equipos para la ciudad de Atlanta en tres años, uno a expensas de los de Missouri y otro que no lo fue por pura suerte.

En la NFL a la gente le gusta que su equipo juegue en casa en los playoff, y cuando un equipo gana la división dos años consecutivos lo normal es que eso ocurre Pues en 1974 y 1975 los Cardinals ganarían la NFC Este pero por varios cambios en el sistema de Playoff no recibieron ningún partido en casa. En 1976 lograrían otro récord maravilloso, el único equipo con 10 victorias en una temporada de 14 partidos que se queda fuera de Playoff. Posteriormente, en 1977, se convertirían también en los primeros en algo. Para ser exactos, en el primer equipo que perdió dentro del Tampa Stadium, casa de los Tampa Bay Buccaneers, posiblemente el peor equipo de la historia estando todavía en su proceso de expansión. Estos fueron los años gloriosos de los Cardinals en la ciudad y estadísticamente el periodo con más victorias del equipo (hasta la llegada de Bruce Arians). Pues en ellos, solo llegaron dos años a Playoff y en ambos, sus aficionados no pudieron ver al equipo que apoyaban, lo cual puede explicar el motivo del enfado de la afición.

La marcha de los Cardinals y la expansión fallida

Los desconocidos St Louis Stallions

Los siguientes años fueron mediocres, con el equipo acabando en tres ocasiones en positivo y consiguiendo el puesto en Playoff en uno de ellos. Evidentemente, ese partido tampoco se celebró en St. Louis debido a que el equipo se clasificó como sexto. Con un equipo que no entraba en Playoff, con un estadio antiguo y sin ninguna expectativa de mejora, la espiral negativa empezó a afectar a las asistencias al estadio. Debido a ello, Bill Bidwill, propietario de la franquicia, habló de trasladar al equipo a principios de 1987. Los aficionados se enfadaron, lo cual provocó que Bidwill no acudiese más al Busch Memorial Stadium, pero mantuvo las charlas para un posible traslado, con tres ciudades optando a la relocalización.

Baltimore partía como la favorita, con Arizona y Jacksonville como opciones secundarias. Pero los de Arizona consiguieron alcanzar un acuerdo con Bidwill y al equipo solo le hacía falta el permiso de la liga para el traslado. En enero de 1988, la NFL aceptó el cambió y los Cardinals se marcharían a Arizona para jugar en un nuevo estadio… Que no se acabaría hasta 16 años después de que la franquicia llegase a su nuevo estado. Con esto, St Louis se quedaba sin equipo pero eso no frenó a la ciudad y rápidamente empezaron a moverse para conseguir un nuevo equipo, entrando en negociaciones para comprar los New England Patriots. El equipo estuvo cerca de moverse allí, pero finalmente decidieron quedarse en la zona de Massachussets. Suena raro decir esto, pero estuvimos cerca de conocer a los St. Louis Patriots.

Tras ello, todos los ojos se pusieron en la expansión de la NFL, la cual iba a aumentar el número de equipos que tendría la competición. Por el estadio, la afición y la marcha hacia pocos años de los Cardinals, eran los grandes favoritos para conseguir una franquicia junto a Charlotte. Sorpresivamente, Jacksonville hizo una mejor oferta, creándose así los Jacksonville Jaguars. ¿Lo más duro de esta situación? Había tanta confianza en que St. Louis iba a recibir la franquicia que se crearon camisetas con el nombre y el logo de lo que iba a ser la nueva franquicia de la NFL. A precio de oro, pero aún se pueden comprar gorras y camisetas de los Saint Louis Stallions, la franquicia que debería haber sido. Bañado en morado y amarillo, el equipo es una de esas historias que deberían haber sido bonitas para St. Louis pero que nunca acaban de terminar bien.

Días de soñar con los Rams y un cambio de gerencia.

El día más bonito en la historia de la NFL en Saint Louis

Pero en la NFL, el número de propietarios que odian su ciudad es mayor incluso que las veces que se le puede romper el corazón a una ciudad. Debido a ello, los de St. Louis se encontraron con que los LA Rams querían marcharse de la ciudad debido a que Frontiere (presidente del equipo) aseguraba que estaban perdiendo dinero por su culpa. Con toda la liga en su contra, incluyendo a Bidwell, el propietario amenazó con demandar a la NFL, lo cual le permitió el traslado. Este movimiento dejaría a Los Ángeles sin fútbol durante 20 años, en los cuales la ciudad dio la espalda parcialmente a la liga. Mientras tanto, St Louis se comprometía a crear un nuevo estadio, el Trans World Dome (posterior Edward Jones Dome), el cual estaría constantemente entre los 8 mejores de la liga en todo momento según el contrato. Esta cláusula no es baladí ya que explicará lo que ocurriría pasados los años.

Y en 1995 se crean los St. Louis Rams, un equipo que arrancó igual que los Cardinals, con la mediocridad más absoluta. No obstante, todos los fans de la NFL conocen a The Greatest Show in Turf, uno de los mejores ataques de la historia. Y ese espectacular equipo eran los mismos St. Louis Rams solo cuatro años más tarde, con Kurt Warner siendo el héroe sorpresa después de una brutal lesión en pretemporada de Trent Green. En tres años, el equipo ganaría una SuperBowl y llegaría a otra, la cual perdieron ante los New England Patriots. Durante este periodo además, tuvieron a sus dos entrenadores más exitosos: Dick Vermeil y Mike Martz. Pero el carácter del segundo acabaría provocando su marcha del equipo y el despido de Kurt Warner, la gran estrella de la franquicia y un héroe local. En 2005, nada de lo que existía años atrás seguía en pie, con además la demostración de que el antiguo problema de los Rams no era la ciudad, era la gerencia. Literalmente, el presidente de operaciones futbolisticas, Jay Zygmunt, impidió durante un partido que Martz se comunicase con su coordinador ofensivo. Lo que viene a ser una franquicia que funciona.

Con récords que iban del 2-14 al 1-15, los Rams fueron vendidos a Stan Kroenke, el cual también posee los Denver Nuggets, los Colorado Avalanche, los Colorado Rapids y el Arsenal. Para cumplir con las leyes antimonopolio de USA, tuvo que vender una franquicia, los Denver Nuggets, la cual fue a parar a su hijo, lo cual da muestra de la cantidad de dinero que tiene. El equipo decidiría firmar a Jeff Fisher como entrenador del equipo, llegando a lo que es conocido por los fans como la media Jeff Fisher. Esta broma entre aficionados, viene debido a que Jeff siempre acaba sus temporadas con un récord que oscila entre el 6-10 y el 9-7, ni mejor ni peor. En sus cuatro temporadas como entrenador de los St. Louis Rams Fisher consiguió mantenerse en sus números habituales con una temporada de 7-8-1, dos 7-9 y otra de 6-10. Evidentemente estos números no eran positivos, tampoco negativos como para despedirle y el entrenador fue el último de la franqucia en Saint Louis.

Motivos de la marcha de la NFL y llegada de la XFL.

El nuevo estadio de Inglewood.

Pero que un conjunto de la NFL sea mediocre no es motivo suficiente para que sea traspasado. El problema viene cuando LA es la ciudad de origen de la franquicia y el dinero de esa ciudad quiere que su equipo vuelva. Desde que los Rams se marcharon, LA quiso que una franquicia se asentase allí y con la llegada de Kroenke, las puertas del cielo se abrieron para los angelinos. No obstante, un contrato no se puede romper así como así y ahí es donde entra en juego la norma de los ocho mejores estadios que había mencionado anteriormente. En 2005, con obras previstas en el estadio para cumplir esta parte del acuerdo, Georgia Frontiere pidió dinero en vez de seguir con lo acordado, por lo que el estadio entró en una fase extraña. La ciudad invertía dinero (70 millones) en renovaciones pequeñas pero no se alcanzaba la cifra necesaria para que el estadio entrase entre los 8 mejores. A la muerte de Frontiere y la llegada de Kroenke, Stan exigió que se cumpliera el acuerdo. Evidentemente, la ciudad se negó a invertir 700 millones más en el estadio y se rompió el acuerdo. Por si había dudas, los Rams celebraron un partido de local en Londres, mostrando que ese contrato ya era papel mojado.

St. Louis no es una ciudad grande o rica pero sí tiene mucha afición por el deporte. Debido a ello, la ciudad promovió una nueva idea, la construcción de un nuevo estadio, el National Car Rental Field. El mismo serviría para múltiples espectáculos y costaría 1,1 billones de dólares, de los cuales solo 405 saldrían de las arcas públicas. El resto, vendría de aficionados, NFL y los propios Rams pero la NFL se negó y afirmo que el plan era inadecuado. Mientras que Saint Louis intentaba esto, el propio Kroenke ya había comprado terreno en Los Ángeles durante 2014 para construir un estadio de la NFL. Saint Louis se desesperaba con estas noticias pero aún existía una oportunidad. Y es que, debido a las varias propuestas que existían, LA ya había perdido una vez la oportunidad de tener una franquicia. En 1999, Houston consiguió ser la franquicia número 32 debido a que los tres proyectos existentes en LA fueron incapaz de llegar a un acuerdo o avanzar en sus propuestas. Con esto en mente, se llegó a 2014 con el mismo problema o incluso mayor.

Raiders, Chargers y Rams habían pedido volver a LA, ciudad donde los tres habían jugado. Debido a ello existían dos propuestas distintas, la de Carson y la de Kroenke en Ingelwood. Si ganaba Carson, Chargers y Raiders serían los equipos que se marcharían a Los Ángeles y no los Rams. El informe previo de la NFL además favorecía esta idea, lo cual significaba que los Rams tenían una opción de seguir en Missouri. No obstante, Jerry Jones comentó la opción de compartir el estadio entre Rams y Chargers, lo cual provocó que finalmente el estadio de Kroenke fuese el que ganase la apuesta. En el artículo de la próxima semana me adentraré más en todo lo relacionado con LA, pero con esto, se terminaba la era de los Rams en la NFL, una vez más y mediante la forma más cruel posible.

Saint Louis se quedó huérfana de fútbol durante los siguientes años, lo cual podía hacer creer que la ciudad perdería el interés por el deporte. No obstante, con la creación de las nuevas ligas primaverales, una pequeña opción de devolver algo de deporte profesional a Missouri existía. La AAF pasó de largo pero no así la XFL, la liga de Vince McMahon. A pesar de ser una liga menor, la respuesta de la ciudad ha sido una absoluta locura con sus St. Louis Battlehawks. Durante la noche del domingo, los Battlehawks jugaban a la misma hora que los St. Louis Blues de hockey, siendo ambos partidos emitidos por televisión por cable. Mientras que el hockey consiguió una audiencia del 3,1% en la ciudad, el partido de los Battlehawks llegó al 6%. Respecto a las entradas para el primer partido contra los Guardians, se han vendido las 30,000 que se habían puesto a la venta. Incluso, hay rumores de que puede ser el primer estadio donde se abran los anfiteatros para poder responder a la demanda de la afición. Saint Louis es una ciudad de fútbol y se merece volver a la NFL, pero mientras tanto, ojalá la XFL sirva para cerrar un poco el dolor que dejaron los Rams tras ellos.

About Author

Comments

comments