Acción de Gracias es un día de fiesta en Estados Unidos y especialmente de NFL, con partidos y momentos recordados eternamente.

En Acción de Gracias hay muchas historias que contar. Desde legendarias historias de la desaparición de un equipo, la Bounty Bowl (no confundir con el Bounty Gate de los New Orleans Saints) a actuaciones legendarias de jugadores. La más recordada es posiblemente la de Randy Moss frente a los Dallas Cowboys, demostrando su altísimo nivel como novato. Pero, un escenario tan grande provoca también historias cómicas. Para otro año tocará hablar de Leon Lett, posiblemente el jugador más famoso solo por estupidez (dentro del campo), pero este año hay que seguir en esta década. Y es que 7 años después, nadie ha olvidado el Butt Fumble.

Mark Sánchez, un año universitario y fuera

USC quarterback Mark Sanchez #6 communicates with coaches between plays during the first quarter of the USC Trojans’ 17-3 victory over the California Bears at the Los Angeles Memorial Coliseum on November 8, 2008.

Mark Sánchez es posiblemente uno de los casos más extraños de éxito/fracaso. En esa escala de buen equipo, horrendo QB, Sánchez podría estar a la altura de Rex Grossman con una sutil diferencia, los Jets se gastaron el pick número cinco en este jugador. Y es que Mark Sánchez no era precisamente la idea más brillante del mundo en primera ronda. Pero en el momento de salir de la universidad, muchos scouters profesionales pensaron que el equipo de Nueva York había encontrado una gema.

Mark había asistido a la USC de Pete Carroll, en aquellos momentos la gran dominadora del fútbol universitario. En sus dos primeros años vio poco el campo, siempre por detrás de Matt Leinart (otro primera ronda) y de John David Booty. En el tercer año, una lesión de John David permitió a Sánchez tomar el campo con resultados bastante desiguales, incluyendo un partido decente frente a Notre Dame y un desastre frente a Oregon. Tras ello, Booty pudo volver y Sánchez acabó relegado en el banquillo, esperando a que este QB se graduase para poder tomar su puesto de titular.

Su cuarto año en USC (tercero de elegibilidad), fue el momento de explosión del latino. Solo una derrota frente a Oregon State les apartó del BCS Championship Game (en aquel momento solo dos equipos jugaban por ser los campeones universitarios) pero sus números fueron geniales. 34 pases de TD, más de 3000 yardas de pase y solo diez intercepciones le permitieron ser considerado un buen jugador. Aún así, todo el mundo esperaba que Sánchez siguiese un año más en la NCAA, tratando de pulir sus deficientes mecánicas.

No obstante, para el draft de 2009, múltiples QBs como Sam Bradford decidieron no presentarse. A pesar de las quejas de Pete Carroll, Mark vio una oportunidad para conseguir una gran posición en el draft y por tanto más dinero, no equivocándose en su decisión. En un desastroso trade, los Jets dieron la primera y la segunda ronda de ese año junto a tres jugadores para subir al número 5 del draft que tenían los Cleveland Browns. El único QB que saldría por encima de Mark sería Matthew Stafford, en un año horrendo en la posición de QB.

Dos finales de conferencia en dos años

Mark Sánchez durante su era como QB en New York

Mark Sánchez llegaba a una franquicia que estaba en plena reconstrucción tras un año extraño. 2008 había sido la vuelta de Brett Favre a la liga, a los mismos Jets y Eric Mangini era el HC. El equipo llegó a presentarse en Acción de Gracias con un espectacular récord de 8-3, pero una lesión de Favre sentenciaría la temporada. El colapso provocó también el despido de Mangini a pesar de haber terminado 9-7. Esta era una sensación rara, con jugadores de tanto talento como Darrell Revis en plantilla y el pensamiento de que el equipo podía mejorar.

Para ello, el primer fichaje fue el de Rex Ryan, hijo del legendario Buddy Ryan. Mark Sánchez fue directamente nombrado QB titular una vez llegada la temporada regular y el arranque de 2009 fue positivo. Su primer partido frente a los Houston Texans fue bueno y logró ganar también a New England, lo cual era motivo de ilusión. No obstante, para la cuarta semana ya había tenido una actuación desastrosa frente a los New Orleans Saints. La derrota frente a los Bills provocó aún más criticas debido a sus cinco intercepciones y la única victoria en un tramo de siete partidos provocó polémica. Sánchez fue pillado en el banquillo comiéndose un perrito caliente, lo cual, para algunos mostraba falta de profesionalidad.

Los Jets entraron de rebote en Playoff gracias a que tanto Colts como Bengals descansaron a sus jugadores titulares frente a ellos. Pero una vez llegado enero, la defensa de los Jets logró parar a Cincinnati y eliminarla en la Wild Card. En el partido de conferencia, la sorpresa volvió a saltar, derrotando a San Diego y acabando cayendo frente a los Indiapanolis Colts en la final de conferencia. El año siguiente sería muy similar, con una temporada regular aún más dominante y llegando a derrotar por sorpresa a los Colts y a los Patriots en Playoffs, solo para caer ante los Steelers en otra final de conferencia.

El descenso a los infiernos

NASHVILLE, TN – DECEMBER 17: Quarterback Mark Sanchez #6 of the New York Jets throws the ball against the Tennessee Titans at LP Field on December 17, 2012 in Nashville, Tennessee. (Photo by Andy Lyons/Getty Images)

A pesar de que los resultados de los Jets podrían ocultarlo, Mark Sánchez no era un QB titular bajo ningún concepto y sus números así lo muestran. En su primer año, tuvo más intercepciones que pases de TD. En el segundo, sus números mejoraron pero seguían sin ser dignos de un QB finalista de conferencia. Rex Ryan había formado un equipo centrado en la carrera y en la defensa, al más puro estilo Schottenheimer. Precisamente Bloomgrem se había centrado en que la señal de identidad del ataque era evitar que Mark Sanchez pasase más de 30 veces por partido. Con evidente incapacidad de colocar el pase donde quería, esto era la mejor idea.

2010 sería el último año de alegría para Mark Sánchez, quién acabaría transformándose en la muestra más clara del fracaso de Rex Ryan. 2011 sería un buen año estadisticamente para el QB, pero no así en sensaciones. Las guerras de los receptores como Santonio Holmes y un incremento del pase acabaron provocando que el equipo quedase fuera de Playoff tras una ridícula derrota en Miami, la cual desembocó en la marcha de Holmes. Todo esto provocó grandes discusiones sobre el futuro pero con el puesto de Rex Ryan prácticamente asegurado.

Sánchez por otro lado, ya estaba en el ojo del huracán y más con la llegada de Tim Tebow. El enviado de Dios a la NFL (Tebowing estaba en su momento cumbre) parecía destinado a quitarle el puesto al mexicano del perrito caliente. Evidentemente, esto no son mis palabras si no lo que se desprendía de la prensa neoyorkina, siempre tan elegante. Y la realidad es que la temporada fue un pequeño desastre, llegando al bye con un resultado de 3-5 a pesar de haber perdido en New England solo en la prologa, en un enorme partido de la franquicia neoyorkina, que solo cayó en los instantes finales.

Debido a ello y a la rivalidad que existía entre los Patriots y los Jets, el partido de Acción de Gracias era interesante. Los Patriots tenían la división asegurada mientras los Jets que iban 4-6 querían soñar con volver a colarse en la wildcard. Con Rex Ryan siendo un bocazas y con el propio Brady reconociendo que odiaba al equipo verde, todo estaba servido para un partido increíble, en máxima audiencia además. Era la oportunidad de oro de los Jets para destrozar al niño de oro y volver a engancharse a la historia de siempre, los Jets siendo el equipo que daba la sorpresa.

El Butt Fumble y el final en Jets

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La mejor jugada de la historia

Con una intercepción y un fumble, los Patriots ya habían colocado un sólido 0-14 en el marcador. Todo hacía indicar que el equipo de Nueva York no iba a remontar, pero nadie podía imaginar lo que ocurriría en el siguiente drive. Mark Sánchez recibe el snap, se equivoca hacia qué lado dar el balón al FB y se encuentra que no tiene una opción viable de pase. Debido a ello, decide correr por el medio, chocando contra el culo de uno de sus líneas ofensivas. El balón acabó convertido en un fumble, en el 21-0 para los Patriots y en la jugada más reconocida de la carrera de Mark Sánchez: The Butt Fumble.

El partido acabó siendo una masacre por parte de los Patriots y la sentencia posiblemente a la carrera de Mark Sánchez. Tras ello, el jugador sería sentado tras un horrendo partido frente a los Arizona Cardinals, teniendo tres intercepciones. Sanchéz se mantuvo titular durante lo que quedaba de la temporada, pero provocó que el equipo se quedase fuera de Playoff tras hacer un partido sencillamente horrendo contra Titans, sufriendo cuatro intercepciones. En 2013 una lesión de hombro en pretemporada provocó que Geno Smith fuese el titular durante la temporada, siendo finalmente cortado en 2014.

Aún así, Mark no tenía su carrera acabada y varios equipos se interesaron por él bajo la vitola de QB suplente. Tras varios equipos preguntando por él, Sánchez fue firmado por los Eagles de Chip Kelly. Se esperaba que el jugador fuese simplemente el suplente de Nick Foles pero una lesión acabó devolviendole a la titularidad. Cabe destacar que estos Eagles son posiblemente uno de los procesos más extraños de la NFL en esta década. Una vez despedido Andy Reid, una ofensiva de college dirigida por Chip Kelly daría resultados tan extraños como la carrera de Sánchez, y al igual que Mark, su marcha de la liga fue por la puerta de atrás.

Sus últimos años en la NFL y el legado

Un acción de gracias tradicional, pero ahora con extra de Butt Fumble

Tras arrancar en Philadelphia con mucho éxito, Mark volvió a su ritmo habitual y provocó que los Eagles de Kelly no entrasen en Playoff. Si a la habitual falta de eficacia de Sánchez le sumamos un ataque solo de pase, el desastre estaba más que asegurado. Una lesión de Sam Bradford le permitiría volver a jugar el año que viene, haciéndolo bien pero sin posibilidad de recuperar el puesto sobre uno de los QBs que le permitieron ser top 5 hacía escasos años.

Tras Philadelphia el jugador pasó por Denver, donde no jugó y por Dallas, donde solo estuvo para perder frente a Eagles. En el caso de Cowboys ya se le firmaba como un intento de mentor para Prescott y algo similar ocurrió en Chicago con Trubisky. Tras ser sancionado por dar positivo con cuatro partidos, los Bears le cortaron. Finalmente el jugador tuvo un partido de despedida en Washington tras su plaga de lesiones de QBs. Sánchez duraría un partido exacto, siendo sentado por el QB de la AAF, Josh Johnson. Este mismo verano dejaría la liga, yéndose a comentar college football.

En definitiva la carrera de Mark Sánchez quedó marcada por el Butt Fumble y el perrito caliente. Un jugador que tiene cuatro victorias en Playoff como visitante pero que a su vez, era sencillamente mediocre. Sánchez es adorado por la comunidad latina y además ha logrado ser recordado. Es cierto que no es recordado como un gran jugador pero no todo el mundo puede ser un Hall of Famer y ahora tenemos una celebración puramente estadounidense con un pequeño toque mexicano. ¡Así que Feliz Acción de Butt Fumble a todos los lectores de NFL Chile!

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