Damar Hamlin

Unos días después del accidente que sufrió Damar Hamlin, donde casi perdió la vida en plena competencia y que por suerte, pudo ser reanimado a tiempo por el cuerpo médico presente en la cancha, es hora de retomar el football. Por muy frío o desconsiderado que se lea y como dice una típica frase, la función debe continuar. Obviamente, sin olvidar la condición del deportista de 24 años de edad.

Mirando las cosas en perspectiva, habría que decir lo siguiente: el tétrico suceso, ocurrido el lunes pasado en Cincinnati, refleja el peor de los temores en una cancha de fútbol americano. Siempre se habla y siempre se concientiza sobre los riesgos de practicar este deporte a nivel competitivo. La secuencia, ya vista y conocida, es algo que siempre se dice que podría pasar. Pero que nadie quisiera ver y lógicamente, cualquiera quisiera evitar.

Hubo muchas criticas sobre los protocolos establecidos por la liga, después del incidente. Sobre todo, cuestionamientos sobre el tiempo que pasó hasta que se suspendió el partido. No creo que sea sencillo llegar y tomar una decisión. Ni para los jugadores, ni para los referees, ni para los encargados de la competición, entre ellos el comisionado Roger Goodell. Situación limite, nunca vivida (al menos, en nuestra época). Estaba en riesgo la vida de un deportista, pero a su vez, había que tomar una resolución en cuanto al mismo encuentro.

No me sorprende que el partido no se reanude. Sobre todo, con lo apretados que están los calendarios y los playoffs, que están a poco más de una semana. Aunque había que llegar a un acuerdo, teniendo en cuenta que aquel duelo entre los Bills y los Bengals tenía implicaciones importantes rumbo a las eliminatorias. Y no, olvídense que la liga vaya a postergar fechas. El hecho de tener el Super Bowl a mediados de febrero (como se hace desde el año pasado) causó una serie de ajustes, no solo a la propia NFL, sino que también a otros eventos en fechas relativamente cercanas.

Por último y para concluir con este tema: muy merecido el reconocimiento al equipo médico presente en la cancha, que pudo hacer los ejercicios de reanimación a Damar Hamlin, de forma casi instantánea. No por nada, se sigue hablando que por eso se evitó una consecuencia fatal. En este momento es cuando se valora la presencia de un amplio y numeroso cuerpo médico en cada partido, considerando cualquier eventualidad. Lo ideal es no volver a presenciar algo así, pero se notó el nivel de preparación, donde se pudo evitar algo peor.

Un poco de football

Se define en Lambeau: el último partido de temporada regular se jugará en Green Bay. Mala cosa que entre los Packers y los Lions, uno quede fuera de los playoffs. Ambos equipos pasan por buenos momentos y están cerrando la campaña jugando a buen nivel. Mientras el equipo de la G en el casco lleva un mes invicto, el conjunto de Mo-Town ha ganado cuatro de sus últimos cinco partidos.

Los Packers están jugando con algo más de consistencia y sobre todo, la defensiva elevó su nivel en las últimas semanas. La siguiente estadística puede explicar muchas cosas: en la actual secuencia de cuatro victorias consecutivas, la ofensiva de Green Bay solo perdió tres balones y a su vez, la defensiva robó 12 balones (cuatro el domingo pasado). Es decir, un diferencial de +9 en cuanto a turnovers.

Si se trata de cuidar el balón, los Lions van muy similares. En los últimos cinco partidos, solo en uno cometieron turnovers (el único partido que perdieron). Además, en tres de las cuatro victorias anotaron por los menos 34 puntos y su ofensiva es la cuarta mejor, promediando 27.1 puntos por partido.

Enredos televisivos: el partido en Green Bay comenzará ya con el resultado listo del juego entre los Seahawks y los Rams. El equipo de Seattle también está involucrado en la disputa por el último cupo en la NFC. Muchos sugerían que esos partidos fuesen simultáneos. La propia liga quedó condicionada, al ubicar primero el duelo decisivo de la AFC South (Titans vs Jaguars) en la noche del sábado.

Eso redujo las opciones en cuanto a la elección para el último Sunday Night de la temporada. Idealmente, siempre se juega algún partido con equipos definiendo una división o un cupo al comodín. De ninguna forma, iban a programar otro juego sin tanta relevancia. Los Chiefs siempre son atractivos para ver, pero ya están asegurados en los playoffs. Por lo mismo, jugarán ante audiencia internacional, pero a primera hora del sábado. A veces, la amplitud de ventanas televisivas termina complicando innecesariamente a la liga.

Commanders sin comando: la franquicia de Washington, ya fuera de la postemporada, parece tener problemas de organización. Si bien tenían chances importantes de alcanzar los playoffs hasta la jornada anterior, al perder en casa ante los Browns, con una de sus peores actuaciones ofensivas de toda la campaña (10 puntos, 260 yardas totales y 3 balones perdidos), quedaron eliminados.

Previo a ese partido comenzaron las controversias, cuando el entrenador Ron Rivera le devolvió la titularidad a Carson Wentz, quien venía recién saliendo de una inactividad de dos meses por una lesión, dejando en la banca a Taylor Heinicke, quien jugó relativamente bien como titular. Esta semana, Rivera había considerado volver a poner a Heinicke y a su vez, darle juego al novato Sam Howell. Finalmente, será Howell titular y Wentz, quien había recién retornado, ni siquiera estará dentro de los activados.

Aunque lo peor, de parte de Rivera, ocurrió el domingo pasado. Al término del partido ante Cleveland, y con la posibilidad de quedar descalificados ese mismo día, el entrenador manifestó desconocer esa posibilidad, cuando fue advertido por un periodista presente en la rueda de prensa. Aquella espontánea pero desafortunada declaración, quizás explique muchas cosas sobre el momento que vive el propio head coach como el equipo capitalino, en general.

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