La semana pasada estuvo marcada por las lesiones de dos clásicos como Drew Brees y Ben Roethlisberger, bajas que dejan cojos tanto a sus respectivos equipos como a la propia liga. Fueron las dos noticias que marcaron la semana de todos los medios que giran alrededor de la NFL, pero paralelamente nos encontramos la baja de otro quarterback que no ha ocupado tantos tabloides ni minutos de espacios televisivos y programas de radio. Este hecho se debe a que no había una confirmación drástica en torno a sus problemas físicos, los cuales por otra parte son más que evidentes. Hablamos por supuesto de Cameron Newton.

Recientemente se ha sabido que Newton sufre la lesión de Lisfranc en el pie, derivada del trauma que sufrió durante una jugada del tercer partido de pretemporada. Como no, y haciendo gala una vez más de la incompetencia en temas de salud que arrastra la franquicia de Charlotte, en una primera instancia pensaron que se trataba de una lesión menor pero con el paso de las semanas se han dado cuenta de que es un tema muy serio, el cual incluso le podría impedir volver a los terrenos de juego en lo que resta de año. Esta forma de actuar por parte de los Carolina Panthers y en concreto de su head coach, Ron Rivera, no es nueva, ya que este ha sido el modus operandi a lo largo de la carera del mariscal.

No obstante, hoy os venía a hablar del misterio del famoso hombro de Cam Newton. Mi intención es traer claridad sobre las dificultades que arrastra como consecuencia de esta merma física y hacer un repaso al calvario que está sufriendo y como está afectando a su forma de jugar. Da la sensación que desde dentro del equipo es un tema tabú pero los problemas en el hombro derecho de Cam continúan siendo una realidad.

Newton se operó por segunda vez el hombro del brazo con el que lanza el pasado 24 de enero, poco después de decir adiós a la temporada y en principio con tiempo suficiente para llegar en plenas condiciones al kickoff de hace poco más de dos semanas. Durante el training camp los reportes que llegaban era que todo iba según lo previsto, que la recuperación había sido positiva y que la mejoría en la articulación era evidente. No había razón para preocuparse de una recaída o de un posible deterioro en la mecánica de lanzamiento o en la forma de jugar. MENTIRA.

Personalmente, y como ya expresé en la previa que preparé sobre los Panthers, tenía la sensación de que no todo pintaba tan bonito como pretendían vendernos. El hecho de que la franquicia drafteara un QB con su tercer pick del pasado draft era cuanto menos sospechoso teniendo en cuenta que en principio el puesto de backup estaba cubierto por Kyle Allen, jugador que se encargó de conducir el ataque durante los dos últimos encuentros de la pasada campaña una vez que el equipo perdió toda oportunidad de clasificar a los playoffs. ¿Para qué gastarte una selección tan valiosa en un jugador que no iba a ver un solo snap y en una posición que ya estaba cubierta? Los recientes acontecimientos han esclarecido cualquier suposición que tuviéramos alrededor de la llegada de Will Grier a Carolina, poniendo de manifiesto que esta elección fue un más que un plan de contingencia.

De momento el pasado domingo jugó Allen, y aunque tuvo una excelente actuación lo lógico (aunque en Carolina la lógica no suele estar muy presente) es que no tardáramos mucho en ver a Grier. Aunque vaya usted a saber, capaz que Rivera empiece con un baile de quarterbacks, en el que incluso requiera un sobreesfuerzo por parte de Cam y a partir de ahí jugar a la ruleta rusa a tenor de los resultados que vaya obteniendo. Vistos los precedentes podemos esperar cualquier tipo de proceder.

La pregunta que no paro de hacerme alrededor de todo este asunto es, ¿quién es el responsable de que Newton fuerce una y otra vez la máquina en lugar de tomar el reposo necesario? Es una pregunta más complicada de lo que parece y no creo que nadie fuera de la pareja Cam-Rivera tenga la verdadera respuesta. Hemos visto durante el último documental de “All or Nothing”, el cual giró en torno a la temporada 2018 de los Carolina Panthers, a un Newton que era el primero en querer saltar al emparrillado cada semana, un Newton que se moría por dentro cada vez que era apartado de los entrenos semanales de la plantilla y no podía tomar las repeticiones habituales que le corresponden al mariscal titular.

A una estrella de tal calibre le cuesta sudor y lágrimas decir que no a la hora de jugar. Este tipo de figuras siempre quieren saltar al terreno de juego y luchar hasta el final, por lo que no es descabellado que la última palabra la tuviese el mismo jugador. No obstante, y de ser cierta esta suposición, me parece totalmente intolerable la postura de Rivera. El head coach es la máxima autoridad y el principal y último responsable de todo lo que suceda dentro de una plantilla, sea el deporte que sea. Por lo tanto, más allá que Newton hubiera querido jugar a toda costa, el entrenador tenía que haberse plantado y decirle simplemente que no. La otra variable, que es la que Rivera directamente le pidiera jugar, no la quiero ni contemplar, ya que me parecería un atentado contra su propio jugador y en detrimento del futuro de la franquicia. En cualquiera de los casos el entrenador se ha comportado como la verdadera kryptonita de SuperCam.

Los problemas de Newton a la hora de lanzar son más que evidentes y lo ofrecido durante los dos primeros compromisos de la temporada lo hacen parecer un quarterback promedio…siendo generoso. Ha perdido la potencia y explosividad en su lanzamiento y ese láser o látigo característico ha pasado a la historia. Su release y armado de brazo son realmente lentos, circunstancia que le da a los linieros defensivos esas décimas extras para llegar a golpearle o por lo menos intimidarle. Como podemos ver en el siguiente video nada tiene que ver el viejo lanzamiento de Cam con el que presenta ahora. Son la noche y el día.

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Una lesión como la que padece el “1” requiere de mucho tiempo de descanso. Se trata de una dolencia muy similar a la que sufrió Andrew Luck. El ya ex-quarterback de los Colts pasó por el mismo calvario, a diferencia que él sí se tomó todo un año sabático para lograr la total sanación del hombro y así recuperar la eficacia en su lanzamiento. Lo lógico sería que no viéramos jugar más a Newton en lo que queda de temporada y poner énfasis en el mañana y no en el ahora o por el contrario podemos estar ante un caso muy parecido al del propio Luck.

Cam no ha sido el modelo a seguir en lo que a precisión de pase se refiere. Nunca fue su fuerte e incluso ha sido la excusa que ha usado mucha gente para sacarle de la élite de la posición. Siempre ha estado en torno al 60%, que no es un mal dato pero que comparado con el de otros grandes nombres queda muy por debajo. Sus mejores números los obtuvo casualmente el año pasado, pero durante estas dos primeras jornadas no es que haya vuelto a las andadas, es que directamente ha desaparecido cualquier mínima puntería. Le cuesta un mundo conectar con sus receptores y como podemos observar en el siguiente video ha perdido toda la fuerza y poder que tenía en el brazo.

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De todas formas, Newton ha sido mucho más que un simple pocket passer. Ha sido el dual threat por excelencia. Ese QB moderno que tanto se ha puesto de moda durante este siglo y que se suponía que iba a revolucionar el football. Lo quieran o no, Cam ha sido el mayor exponente de este tipo de jugadores y me atrevería a decir que en su momento rozó la excelencia. El nivel y la forma de jugar que alcanzó en 2015 fue algo nunca visto: imparable, indescifrable, incontenible, devastador, de otro planeta.

Por supuesto que no ha sido, ni es, ni será el mejor pasador de todos los tiempos. Ni falta que le hace. SuperCam posee otras muchas cualidades que ningún otro QB ha ofrecido jamás. Nadie como él para inventarse primeros downs, touchdowns y big plays a través de su enérgico tren inferior. Evidentemente el potencial de Newton viene directamente relacionado con su poderío físico. Es una rara avis en lo que a mariscales de campo se refiere. La pena es que esta amenaza terrestre que suponía para las defensas rivales también ha desaparecido. Ya sea porque su problema ha pasado a ser mental, porque ha perdido el amor por el juego o porque simplemente está realmente disminuido físicamente, el Newton actual es una copia barata del Newton de verdad. En la siguiente secuencia observaremos la diferencia entre un Newton que hoy por hoy naufraga en el pocket y no encuentra salidas y un Newton pasado para el que no existía la palabra imposible.

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La sensación que nos ha dejado el quarterback en este inicio de Regular Season es de estar completamente superado por la situación. Su lenguaje corporal es sinónimo de derrota. Parece haberse dado por vencido, como si hubiera tirado la toalla y perdido el amor por el juego. En un mundo ideal ni Newton ni Rivera deberían forzar más la situación y por mucho que le pese al head coach, debe dejar el egoísmo a un lado y no pensar en su futuro sino en el de la franquicia, ya que más vale perder a un líder nato durante un año y no para siempre. Así que aunque suene feo decirlo la lesión en el pie podría ser hasta beneficiosa a largo plazo si es que finalmente obliga al quarterback a ausentarse durante toda la campaña. Todo sea por su propio bien y porque no decirlo, también por el de los aficionados y la competición. Hemos perdido a muchas estrellas en un escaso intervalo de tiempo y perder a una más sería demoledor. Ojalá algún día recuperemos al Newton de verdad. Ojalá en un futuro próximo regrese SuperCam.

Por Stéfano Prieto

@Stefano_USA

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