Solo hemos tenido que esperar al primer carrusel de partidos del año para recordar que la NFL es una competición impredecible. Tantas semanas de análisis y predicciones tirados a la basura en su mayoría a las primeras de cambio (aunque algunos tengamos que reciclaros en unas semanas) después de un primer domingo de kickoff algo atípico. Estadios vacíos o semi-vacíos que nos recuerdan que estamos antes una temporada especial en la que debemos ir semana a semanas más que nunca.

Si os soy sincero me esperaba que esta situación me dejaría algo frío a la hora de ver los encuentro por televisión. Pensaba que echaría de menos sentir desde el sofá de mi casa a algunas de las fan zones más exaltadas, imágenes de los distintos tailgates durante el pregame show, celebraciones de touchdowns y jugadas grandes en donde los protagonistas se mezclan con los aficionados, pero me he dado cuenta que lo “único que cuenta” son los 22 jugadores que tenemos en cada snap sobre el emparrillado. Anotaciones y fallos se celebraban y lamentaban respectivamente igual que siempre, las tanganas y el trash talking no ha desaparecido, de la misma forma que la presión ha hecho mella en aquellos encuentros que han tenido un final apretado.

De hecho hemos tenido varios two minutes drills decisivos, con instantes de máxima tensión en los que hemos visto aciertos y fallos de manera dispar. Esos minutos de locura con Scott Hanson como abanderado dirigiendo con la mestría que le caracteriza este espacio televisivo que es el RedZone y que tanto hemos añorado durante ocho largos meses

BIENVENIDO MISTER RIVERA

El equipo sin nombre necesitaba una alegría como la de ayer después de un par de meses muy convulsos en los que han perdido el poco respeto que les quedaba. Vengo comentando desde que se iniciaran las distintas polémicas en torno a la franquicia que una figura como la de Ron Rivera es la ideal para afrontar el completo lavado de cara que necesitan, una transormación completa a todos los niveles.

Por supuesto todo será más fácil si empiezan a salir las cosas desde dentro del terreno de juego y la primera impresión que nos ha dejado el Washington Football Team no puede ser más positiva. Claro está que el ataque en global y Dwayne Haskins en particular deben ir creciendo progresivamente pero siempre con la defensa como estandarte.

Estos últimos días había tenido el descaro de comparar esta línea defensiva con la de San Francisco, palabras mayores. Sin emabargo, los Kerrigan, Young, Allen y compañía me han hecho quedar muy bien esta primera semana después de devorar literalmente a la que sobre el papel es una de las líneas ofensivas más solventes de la actualidad, la de los Philadelphia Eagles. Nada más y nada menos que ocho sacks como ocho soles sobre un Carson Wentz que va a tener pesadillas con los hombres de granate durante los póximos días.

La primera sorpresa de la Regular Season y la primera piedra de un proyecto a largo plazo gracias a la exhibición de una de las unidades que esta llamada a ser una de las grandes atracciones del año. Debemos ser pacientes, porque las derrotas y los malos partidos van a llegar, pero hasta entonces que le quitén lo bailado a una afición de Washinton que se merecían una alegría como esta. Habrá que seguir de cerca la evolución de Rivera y sus pupilos.

SUPERCAM HA VUELTO

Decían que el ex-MVP no encajaría en New England. Los que nos han vendido esta narrativa se habían olvidado que además de Bill Belichick el ataque en su totalidad pasa por las manos del que sin lugar a dudas es uno de los grandes genios ofensivos de lo que va de siglo. Dicen las malas lenguas que Josh McDaniels no ha dejado de celebrar ni una sola noche la contratación de Cam Newton y ahora que hemos comprobado que el quarterback está en plena forma física se vuelve a abrir el cielo de par en par sobre el Gillette Stadium.

En 52 de las las 63 jugadas ofensivas totales los Patriots o corrieron o hicieron uso del play action, siendo Newton el jugador que más acarreos y yardas terrestres sumó con 15 y 75 respectivamente, a los que hay que añadir además 2 TD. Versión todo terreno del quarterback, quién no tuvo miedo de jugarse la piel en más de una ocasión. Esto amplía el abanico de posibilidades del ataque y sobretodo le da aire fresco hasta que el cuerpo de receptores termine de asentarse.

El año pasado no superaron las 200 yardas por tierra en ningún envite. Esta temporada lo han conseguido a las primeras de cambio y si sumamos este juego pesado de ataque a la todavía es una de las defensas más dominantes del momento, tenemos como resultado unos New England Patriots salidos de otra época. Dicen algunos que todo tiempo pasado fue mejor.

RODGERS ESTELAR

Demostración de que al quarterback le queda cuerda para rato. No hay mejor manera de dar por cerrada la telenovela “no me des amor dame un receptor” con una actuación al alcance únicamente de los elegidos. No son los números sino la sensación de poder hacer lo que quería cuándo quería, moviendo con muchísima facilidad las cadenas a través de todo tipo de lanzamientos y con la inestimable ayuda de un gran playcall por parte de Matt LaFleur. 

El head coach también se reivindica y manda un aviso a todos aquellos que piensan que lo conseguido el año pasado fue flor de un solo día. Juego de carrera más que eficiente, algunos diseños de jugada realmente interesantes y confianza en todo el supporting cast disponible. Eso sí, aún esta al debe en situaciones de goal line.

Por su parte, se confirman los temores de que la secundaria de Vikings está cogida con alfileres, especialmente en la posición de cornerback. Todos los jugadores se vieren superados de inicio a fin por los receptores de Green Bay (sí, habéis leido bien, los receptores de Green Bay) y fueron un juguete roto en las manos del mariscal quesero. Mucho y díficil trabajo por delante el que tiene Mike Zimmer para tratar de establecer unos titulares de garantías. Mención aparte para un Davante Adams que se acomoda plácidamente entre la élite de su posición.

NO #TANKFORLAWRENCE

El tanking terminó antes tan siquiera de empezar. La victoria de Jaksonville Jaguars sobre unos decepcionantes Indianapolis Colts no solo es una de las grandes sorpresas de la primera semana de competición sino que debería ser uno de los mayores upsets de toda la temporada. 

Antes de pasar al bigote más famoso de la NFL debemos hablar de la imagen ofrecida por la defensa. Frenó en seco al que se supone que es uno de los ataques terrestres más peligrosos de la liga, imponiéndose tanto al trío de corredores utilizado por Frank Reich como sobretodo a una de las líneas ofensivas con mayor nombre. 88 paupérrimas yardas que terminaron por provocar que fuera Rivers el que tuviera que llevar la batuta del ataque y ya todos sabemos que es lo que ocurre cuando es el veterano quarterback quien debe ganar el partido. Susto o muerte, elijan ustedes.

Otro inicio de Regular Season espectacular para Gardner Minshew. Ahora el reto reside en encontrar la regularidad de la que carecío durante su año rookie pero de momento sus 19 de 20 pases completados, 3 touchdowns y ningún turnover dan para ilusionarse. El jugador manda un aviso a aquellos que creen que está de paso en la posición de QB titular de los Jaguars, entre los que me incluyo: “soy Gardner Minshew, molo mogollón y he venido para quedarme”.

TRUBISKY HUNDE A PATRICIA

Todo parecía controlado por Detroit hasta que de repente apareció una versión de Trubisky desconocida hasta ahora. Su partido había sido malo tirando a mediocre, en la línea del año pasado: muy errático a la hora de lanzar, duditativo en sus lecturas y dando la sensación que la situación le superaba. Pero de repente, en la última serie del 3Q y por arte de magia el bueno de Mitch decidió ponerse la capa de super heróe, se hecho el equipo a la espalda y dirigiendo una mirada hacia la banda (hola Foles) lideró una remontada con la que nadie contaba a esas alturas de la tarde.

En el último cuarto, ocho pases completados en diez intentos para 89 yardas, tres touchdowns y victoria a la buchaca. No podía empezar de mejor manera la última oportunidad que tiene para mantener su status quo dentro del equipo. Cada snap, cada lanzamiento, cada decisión tienen un gran peso en lo que vaya sucediendo a lo largo de la temporada en una QB controversy que perseguirá a Matt Nagy a no ser que este Trubisky del final del partido sea el que veamos todos los fines de semana a partir de ahora.

Chicago Bears quarterback Mitchell Trubisky (10) throws under pressure from Detroit Lions outside linebacker Christian Jones (52) in the first half of an NFL football game against the in Detroit, Sunday, Sept. 13, 2020. (AP Photo/Jose Juarez)

Por su parte, lo peor que le podría pasar a un Patricia que de por si ha empezado la temporada cuestionado es tirar a la basura una ventaja de 17 puntos en menos de 15 minutos y que además haya sido el propio Trubisky el que te haya golpeado de esta manera en la cara. Si por lo menos hubiera sido un Mahomes, Rodgers, Wilson o cía podría incluso a ver salido como la víctima pero…esto no Matt, esto no. El head coach de Lions vuelve a demostrar que su gestión de los encuentros es nefasta y su defensa es incapaz de acompañar a un ataque eficiente. Pobre Stafford. 

MURRAY LOVES HOPKINS

No me estaba gustando ni lo que había propuesto Kliff Kingsbury desde la banda ni lo que estaba ejecutando Murray desde el emparrillado. Un juego demasiado plano, centrado única y exclusivamente en buscar a DeAndre Hopkins y en lo que el beisbolista pudiera ofrecer en jugadas rotas. Demasiado fácil para San Francisco. Pero claro, tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. Y es que la ofensiva de los mineros se mostró inoperante durante la mayor parte del envite, incapaz de sentenciar el encuentro y dándole una oportunidad tras otra a su rival.

Doce drives son los que concedieron a un Murray que supo aprovechar en el último cuarto el cansancio acumulado por una defensa que acabó exhausta y que siempre termina sufriendo contra quarterbacks móviles. La ofensiva de Cards debe mejorar y ofrecer otras variantes, pero a ver quién se atreve a ponerles después de derrotar al último representante de la Conferencia Nacional en la Super Bowl. Por cierto, Hopkins sumó más recepciones que todos los wide receivers juntos de Texans. Pura obsesión la del pequeño QB con el receptor, ha sido amor a primera vista.

Y en 49ers o vuelven pronto los que se supone que deben ser los receptores principales, Samuel y Aiyuk, o visto el poderío de sus rivales divisionales se podrían meter en un buen lío. Kittle no puede hacerlo todo él solo, la amenaza terrestre no dio el mayúsculo rendimiento al que nos tiene acostumbrados y a Garoppolo sigue demostrando que no es mucho más que un quarterback gestor. 

REGALAMOS AÑOS

Seguramente sea una sobrerreacción típica de la primera semana de competición, pero las versiones tanto de Tom Brady como de Drew Brees fueron las de dos jugadores veteranos que saben competir, que de vez en cuando te van a regalar una acción brillante pero que les cuesta mucho mantener el ritmo. Brees tiene la suerte de estar dentro de un ecosistema que conoce como si fuera la palma de su mano, en el que Payton le entrega un trabajo medio hecho. Brady, al contrario, ha llegado a una nueva casa y aún no conoce todos los secretos que esta esconde. 

De todas formas y a favor de ambos, es justo indicar que las defensivas que tuvieron enfrente estuvieron magníficas. No me cansaré de decirlo, la defensa de New Orleans es muy difícil de batir cuando su secundaria y en especial Lattimore está encendida. Necesitan que esta incógnita sea una constante y no una variable en el tiempo. Mientras tanto, madre mía lo que se puede intuir en la defensa de Todd Bowles. Parece que cuenta con el personal adecuado para poner en práctica la híper agresividad que le caracteriza. Esa pareja de linebackers formada por Lavonte David y Devin White tiene pinta de que va a dar muchas alegrías a la parroquia de los Bucs. Hasta la secundaria dejó detalles de lo que puede llegar a ser. Vaya duelazo divisional que tenemos por delante. Agarraos los cinturones!!!

Por Stéfano Prieto

@Stefano_USA

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