Otro maravilloso domingo de football. Sin apenas sorpresas pero con algunos favoritos pidiendo la hora y con una de las remontadas más impresionantes que se recuerda en mucho tiempo (como no, con los Falcons por el medio). No obstante, la jornada estuvo marcada por las numerosas lesiones, alguna de ellas de absoluta gravedad, que se iban produciendo sin descanso en todos los campos.

Los Niners se llevaron la peor parte al perder cuatro efectivos a lo largo del encuentro, Raheem Mostert, Solomon Thomas, Jimmy Garoppolo y la que más duele, la de un Nick Bosa que a falta de las pruebas pertinentes todo hace indicar que ser perderá el resto de temporada. Las quejas sobre el mal estado del césped no se hicieron esperar tras la finalización del envite y en el entorno de la franquicia californiana hay gran preocupación debido a que el próximo domingo deberán saltar nuevamente al MetLife Stadium, esta vez para enfrentar al otro conjunto de la Gran Manzana, los New York Giants.

Justamente encontramos en Giants la pérdida de otra de las grandes estrellas de la liga, la del running back Saquon Barkley, quien en principio habría sufrido un ACL. Otros grandes nombres que sufrieron algún tipo de lesión fueron Sterling Shepard de los propios Giants, Malik Hooker y Parris Campbell de los Colts, Anthony Barr, Christian McCaffrey, Davante Adams, Cam Akers, David Montgomery y Courtland Sutton y Drew Lock de los Broncos. Una auténtica carnecería. Ya se avisó por activa y por pasiva que el no contar con partidos de pretemporada ni con los suficientes entrenamientos con contacto podría afectar negativamente al acondicionamiento físico de los jugadores y como hemos podido comprobar se está cumpliendo el peor de los pronósticos.

LA BATALLA DEL HEISMAN

Aunque ya hace días que se disputó este encuentro no quería dejar pasar la oportunidad de comentar un par de aspectos que me llamaron la atención. Cleveland coge aire tras una primera semana convulsa en la que ya empezaron a salir rumores de posibles salidas, trades y desacuerdos dentro del núcleo del equipo. Nada mejor que ofrecer una imagen completamente renovada para acallar de golpe y plumazo todas las voces críticas.

Enorme presentación de un Kevin Stefanski que nos enseñó cual debe ser el camino a seguir por parte de los suyos si quieren aspirar a algo más que no sea rondar la medianía de la liga. Protagonismo total para el que muchos catalogan como el mejor dúo de corredores de la actualidad, el formado por Nick Chubb y Kareem Hunt. Al menos esta semana respondieron de maneral brillante a las expectativas y entre los dos sumaron 234 yardas combinadas y 4 touchdowns, con unas impresionante 6,6 yardas por acarreo. Todo lo que sea poner el partido en sus manos en detrimento de Baker Mayfield es sin duda positivo para la ofensiva. El quarterback debe comprender que las mayores opciones de éxito pasan por asumir un rol secundario, más de gestor que de ejecutor. En este escenario es cuando más y mejor puede rendir de manera continuada, dejando de lado su versión estilo montaña rusa que ha ofrecido hasta ahora.

Mientras tanto, la Burrowmanía ya ha comenzado. Todos los que dudaban, sin más explicación que la de definir al jugador como un one year wonder, parece que ya se han subido al carro y ahora queda abierta la puja por comprobar quien fue el primero en afirmar que el ex de LSU iba a ser una estrella. Su partido, más allá de demostrar la calidad de brazo que tiene, fue el de un quarterback veterano. No parece que se trate de un chaval que apenas lleve un par de encuentros disputados como profesional y eso es lo que personalmente más me llama la atención. Eso sí, o comienza a llegar la ayuda tanto de sus compañeros como del staff técnico o el entusiasmo inicial puede tornarse a desesperación según vaya avanzando la Regular Season. Zac Taylor de momento ha defraudado a la hora de poner sobre el campo un ataque terrestre fiable y se me antoja imprescindible que Mixon pueda correr con cierta efectividad para que la ofensiva se vuelva realmente peligrosa.

EL CARÁCTER DE TOM

El ataque de Buccaneers no termina de carburar hecho que es muy notorio viendo los cabreos que si pilla el bueno de Brady en la banda. Debe ser la impotencia de saber que pueden dar mucho más de si y que enfrentamientos como el de este domingo deberían dominarlos con mayor claridad y dejarlos sentenciados bastante antes. De todas formas, tanto él como Bruce Arians deben ser optimistas porque si bien la máquina no está totalmente engrasada ya se empiezan a ver cosas interesantes.

Una vez que Mike Evans dejó atrás los problemas físicos que le lastraron la primera semana, se ha podido comprobar que tiene buena sintonía con su nuevo quarterback. De la química entre las dos estrellas dependerá buena parte de las posibilidades del ataque aéreo y es muy buena señal que ya en el segundo partido jugando juntos se note esa conexión. A destacar el lanzamiento back shoulder con el que el wide receiver se anotaba su primer touchdown de la temporada. También seducen tanto la actuación de un Leonard Fournette quien parece que va a tardar menos de lo esperado en ganar la batalla por la posición de running back titular como de una línea ofensiva que ofreció mayores garantías que hace siete días. Eso sí, como contrapartida está la horrible versión que estamos viendo de Gronkowski. Cuesta entender porque juega tantos snaps

Y mientras tanto, la defensa dando otra maravillosa imagen. Que no os engañe la enorme producción de Teddy Bridgewater, ya que Todd Bowles consiguió lo que quería, anular la mayor amenaza del rival, véase Christian McCaffrey, y dejar que el quarterback tuviera que ser quien llevara la batuta de los suyos. Se confirmar la línea ascendente de una secundaria que comienza a dejar los viejos fantasmas del pasado reciente y el buen hacer de un front seven al que prácticamente es imposible hacerle sufrir a través de la carrera. Es una gran noticia que la defensa pueda ayudar a sumar victorias mientras el ataque trata de llegar a su peak.

LA LA LAND

Sean McVay manda un aviso a todos los que se olvidaron de él y sus Rams tras un 2019 que por aquí ya avisamos que fue bastante engañoso. El ataque angelino se ha mostrado como uno de los más dinámicos, alegres y productivos de estas dos primeras semanas de competición, poniendo sobre la mesa un enorme abanico de posibilidades. Una vez que la línea ofensiva ha recuperado un mínimo de nivel, las demás variantes de la amenaza aérea han empezado a funcionar como un reloj: Goff mostrándose totalmente quirúrgico, todos los receptores apareciendo y Tyler Higbee desatado en la endzone.

No obstante, quiero hacer hincapié en el juego de carrera. Todo parecía acabado tras la salida de Todd Gurley pero McVay ha sabido reencontrarse con la faceta del juego que le da sentido a todo lo demás. Los distintos corredores de Rams están siendo factor decisivo y las famosas carreras zonales han vuelto a hacer estragos sobre las defensas rivales. Habrá que ver cual es la evolución durante las próximas semanas pero todo pinta a que estamos ante una versión de Rams bastante más parecida a la de 2018.

No me quiero ir sin atizarle a unos Philadelphia Eagles que parecen completamente perdidos, especialmente en lo relativo a la ofensiva. Wentz está horroroso y aunque la línea ofensiva se mostró más fiable, el quarterback sigue incapaz de conectar con sus objetivos. De nada sirvió que la vuelta de Miles Sanders diera algo de respiro al juego de pase, solo la pareja de tight ends parece estar a la altura y ni Wentz, ni los wide receivers ni incluso Doug Pederson parecen haber llegado aún a esta temporada 2020.

DAKOTA UNCHAINED

Nos hemos tirado la última semana despotricando con que nada había cambiado en los Cowboys, con que el ataque seguía siendo plano, conservador y sobretodo errático en los momentos decisivos, sensación personificada en un Dak Prescott que llevaba una racha horrible en la resolución de partidos apretados. Idea que se intensificó después del espantoso arranque este domingo antes unos Atlanta Falcons que habían llegado dispuestos a asaltar el AT&T Stadium. 20-0, 29-10 y 39-24 fueron algunas de las grandes ventajas con las que contaron los visitantes en el marcador, siendo esta última a tan solo ocho minutos para la finalización del encuentro.

Pero hoy sí tanto Kellen ”no he roto un plato” Moore como Mike MaCarthy le soltaron las cadenas a Prescott y este respondió a lo grande. No se dio por vencido en ningún momento, nunca agachó la cabeza ni bajó los brazos, remó contra viento y marea y se echó a todo el equipo a su interminable espalda. Todo este sobreesfuerzo parecía que iba a caer en saco roto hasta que tras unos instantes después del tercer TD de carrera que se anotaba el quarterback en su carta de presentación y que suponía el 39-37, se producía una de los jugadas más difíciles de explicar que recuerdo.

Un onside kick en el que varios jugadores de Falcons veían como el ovoide iba pasando por delante de ellos sin que a nadie se le ocurriera hacer nada para finalmente ser testigos de cómo CJ Goodwin, un desconocido del fondo de armario de los Cowboys, lo rebañaba para delirio de sus compañeros y de los poquitos espectadores que se atisbaban en las gradas semi-vacías. En ese momento, todos supimos que Dallas había ganado el partido, solo era cuestión de esperar un par de minutos más a que Greg Zurlein saliera a rematar la faena.

Al final, segunda mayor remontada en la historia de una franquicia tan antigua como la de Cowboys, que sirve de reivindicación tanto para el propio Dak Prescott como para el staff técnico. Ahora queda confirmar la próxima semana que esta imagen de ataque imparable no ha sido una mera casualidad y consecuencia de enfrentarse a una defensa que está más muerta que viva y que además hoy pudo haber aflojado el pie del acelerador al verse ganadores. En cualquier caso, victoria crucial que no solo supone estrenarse en el casillero de la temporada sino que podría ser el punto de inflexión que este equipo necesita. Mención especial también para el rookie CeeDee Lamb quien se destapó con su primer partido como profesional con más de 100 yardas de recepción.

MOMENTO HERBERT

Una extraña e inesperada lesión de Tayrod Taylor durante el calentamiento previo al inicio del encuentro provocó que Justin Herbert tuviera su debut en la NFL. Y vaya debut. Vale que los Chargers no salieron con una victoria pero la imagen dada por el novato fue asombrosamente buena. Ni los más optimistas se podían imaginar una versión así del ex de Oregon , quien a pesar de algún que otro fallo típico de un rookie y de algo de imprecisión, dirigió de manera muy consistente a la ofensiva y colocó a su equipo en disposición de dar la campanada frente a unos Chiefs que durante un tramo largo del encuentro parecía una sombra del que vimos en el Kickoff de la temporada.

Esta presentación de Herbert debería valer para que no viéramos jugar más al bueno de Taylor, aunque el cobarde de su head coach, un Anthony Lynn que se olvidó de jugar un 4&1 en el tiempo extra y prefirió poner el balón en las manos de Mahomes, ya confirmó en la rueda de prensa posterior que si el veterano se recupera de sus problemas físicos sigue siendo el QB1 de los Chargers. Espero que sea una táctica disuasoria de cara al siguiente rival porque de lo contrario no entendería nada.

Sensacional la masterclass que nos regaló Gus Bradley este domingo demostrando una vez más que es una de las mentes defensivas más brillantes de la actualidad. Es el coordinador que más problemas le ha causado a Patrick Mahomes y el ataque de Chiefs. Liderados por un omnipresente Joey Bosa y una línea defensiva que se merendó a la OL de Kansas City, consiguieron incluso que un siempre tranquilo Andy Reid se viera más nervioso que de costumbre. Al final, un brillante Harrison Butker salvó a los actuales campeones gracias a dos field goal kilométricos, pero hay que ponerse de pie y aplaudir el esfuerzo realizado por el conjunto angelino.

SUNDAY NIGHT PARTY

Posiblemente el Patriots-Seahawks sea uno de los partidos del año. Sí, se que aún queda muchísimo por jugar, pero ha sido tal el espectáculo ofrecido por ambos conjunto que han puesto el listón muy pero que muy alto. El encuentro ha tenido de todo, cambios en el marcador, turnovers, big plays, momentos brillantes por cada bando, emoción y mucho, mucho drama.

Por un lado Wilson en plan MVP, completamente desatado, bailando a una de las mejores defensas de la liga, y dando un auténtico recital en cada secuencia ofensiva. Por el otro, un Newton en versión SuperCam. Hacía mucho tiempo que no veíamos al quarterback con un estado físico tan óptimo. La semana pasada demostró que todavía tiene mucho que ofrecer acarreando el ovoide y lo certificó hace unos horas (a pesar de la última jugada), pero lo que nadie esperaba es que se destapara también en el plano aéreo. Decían que no existía juego de pase en Foxboro, pues Newton sale de Seattle con la friolera de 397 yardas aéreas de las cuales 179 fueron consecuencia de su conexión con un Edelman que también ha renacido. 

Me quito el sombrero con estas dos franquicias, quienes se han reinventado, formando equipos campeones sin dejar de competir y siempre pensando en ser mejores. Para ellos la palabra reconstrucción no existe y no conciben jugar sin ganar. Es una pena que se vean las caras solo una vez cada cuatro años (o en una eventual Super Bowl). Este enfrentamiento debía ser obligatorio al menos una vez cada temporada.

Para ver en bucle el duelo que tuvimos de principio a fin entre DK Metcalf y Stephon Gilmore. Durante la semana prepararé alguna pieza desgranando este uno contra uno. Amazing.

JUGUETES ROTOS

Es solo la segunda semana de competición pero ya hay varias figuras en entredicho y alguna de ellas incluso prácticamente sentenciada. Ya he repasado el Falcons-Cowboys desde el punto de vista de los locales pero si atendemos el partido desde el lado de Atlante, que horror!!! Dan Quinn ha terminado por hundir a un equipo que debía haber marcado una época. Varios talentos generacionales desechados.

Patricia. Ay Patricia. Todos entenderíamos que los Lions salieran derrotados de Lambeau pero que Green Bay les doblara en el marcador es otra historia. 42 puntos encajados con touchdowns de todos los colores, sin respuesta ante el juego de carrera y Rodgers riéndose hasta cuando le golpeaban. Y por si fuera poco parece que hemos perdido la estupenda versión de Stafford que tuvimos el año pasado hasta que se lesionó.

Y de Gase que más se puede decir? Al descanso del partido de este domingo sumaban 367 yardas ofensivas teniendo en cuenta los dos primeros cuartos y todo el encuentro de la primera semana. ¿Hasta cuándo va a seguir robando? Si sigue así, una vez que sea despedido, lo cual llegará más pronto que tarde, no tendrá opciones de conseguir un trabajo ni como aguador de ningún equipo. Lo peor es que ha terminado de llevarse por delante a Sam Darnold. El quarterback necesita un cambio de contexto y de staff urgente o lo habremos perdido para siempre.

La semana que viene más y mejor.

Stéfano Prieto

@Stefano_USA

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