Peyton Hillis es posiblemente una de las historias más extravagantes de la liga y de las portadas del Madden.

Actualmente, existen muchas teorías sobre la maldición del Madden. Esta maldición incluye que el jugador que aparece en portada tiene un año horrendo en la siguiente temporada. Para los más supersticiosos, esto es casi una ciencia, para los más cerebrales, es una vuelta a la media de un jugador. Pero hay alguien que se salta la maldición del Madden por una simple razón, nunca hubiese estado en la misma en condiciones normales. Y es que Peyton Hillis es la oveja negra de las portadas del Madden, un RB que tuvo exactamente una temporada por encima de las mil yardas pero logró ser la portada del Madden 12 gracias al voto popular, pero ¿quién es Peyton Hillis y cuál es el motivo de ser un One-Season-Wonder?

Peyton Hillis, el sueño americano

Peyton Hillis con su propio vídeo especial en el canal de Youtube de NFL

Estados Unidos tiene muchas cosas buenas y muchas cosas malas, pero no hay nada que les guste más que una buena historia de superación. Y Peyton Hillis era en 2012 la definición de que si trabajas lo suficiente, llegarás a donde te propongas. Y es que Hillis es posiblemente la historia más improbable de llegar a la NFL, siendo suplente durante todos los años de su carrera salvo el mismo 2012. El jugador era desde joven una verdadera mole, sencillamente salvaje en cuanto a peso y velocidad. Su trabajo en el instituto le permitió llegar a la DI pero allí tuvo mucha mala suerte.

Y la mala suerte consistió en dos grandes RB, Darren McFadden y Felix Jones. Los tres se unieron en la universidad de Arkansas y formaron un backfield de leyenda, con la realidad de que nadie se acordaba de Hillis. McFadden sería el número 4 del draft mientras que Jones sería el 22 en el año 2008. Y la realidad es que ambos se lo merecían gracias a su gran trabajo, ambos tuvieron más de mil yardas en el backfield durante las temporadas 2006 y 2007, con una producción media de más de seis yardas. McFadden incluso hizo sus pinitos como QB y Jones era un retornador espectacular. Curiosamente, Jones acabaría fuera de la NFL mucho antes que el propio Peyton.

¿Pero entonces Hillis que podría hacer durante su carrera universitaria para destacar y mejorar sus números? Pues la decisión fue introducirle como Fullback debido a su tamaño. Y la realidad es que funcionó realmente bien, el jugador consiguió anotar 7 TDs o más en 3 de sus cuatro temporadas en la universidad e hizo que algunos equipos se fijasen en él. Mike Shanahan optó por firmar al chico y salió al mismo draft que sus dos compañeros de universidad solo que con una pequeña diferencia. Salió 205 números por detrás de Felix Jones, en la séptima ronda del draft con dirección a Denver.

Un arranque dudoso en Denver

(AC) DENVER,CO–DECEMBER 7TH– 2008–Peyton Hillis, Denver Broncos, heads for the end zone against, Bernard Pollard, Kansas City Chiefs in the first quarter of play at Invesco Field at Mile High Sunday afternoon. THE DENVER POST/ ANDY CROSS

Fue nombrado el Fullback titular, lo cual de por sí no le daría mucho tiempo de juego a pesar del estilo de Shanahan, donde los FB importan y mucho. Pero Denver empezó a sufrir una salvaje plaga de lesiones que le permitió acabar entrando en el puesto de RB. Con salvaje plaga de lesiones estamos hablando de más de 3 jugadores en esa posición acabando en Injury Reserve. Hillis aprovechó sus buenas manos para lograr cien yardas de recepción en un enfrentamiento frente a los Miami Dolphins pero su paso a RB titular sucedería con la lesión de Ryan Torain frente a los Cleveland Browns.

A pesar de que en ese partido no consiguió grandes números, logró el puesto de RB titular en Denver. Su partido frente a Jets le permitió alcanzar las 100 yardas de carrera por primera vez en su trayectoria NFL y le dio el premio al jugador de carrera de la semana y a jugador rookie de la semana. Hillis seguiría jugando a un gran nivel hasta que en el partido frente a Chiefs se lesionó, provocando que no pudiese volver a los terrenos de juego durante lo que quedaba de temporada. Estas bajas en el Backfield impidieron a Denver entrar en Playoff y acabaron con el periodo de Mike Shanahan en Broncos, desembocando en su despido y la llegada de Josh McDaniels.

Esta llegada hubiese sido mortal para su carrera si no fuese por lo que pasaría en la siguiente offseason. Pero 2009 fue un absoluto desastre gracias a la relación entre Shanahan y Hillis. Esa relación no era más que Hillis era un jugador drafteado en el régimen de Mike, pero para McDaniels fue suficiente. Mientras que el equipo colapsaba en ataque, Hillis tuvo exactamente 13 acarreos en todo el año, siendo listado como FB y TE en el equipo. A pesar de los rumores, Hills nunca habló mal de McDaniels salvo para decir que ojalá tuviese más tiempo y que no sabía si su futuro estaría en la franquicia de Denver. McDaniels decidido a acabar con todo vestigio de la era Shanahan (incluido Brandon Marshall) mandó a Hills a Cleveland junto a dos rondas del draft por un QB generacional (notese la ironía), Brady Quinn, el cual jugaría exactamente 0 snaps de partido regular para la franquicia.

El héroe en Cleveland

El héroe con el que se identificó todo Cleveland

La temporada 2010 es la historia más sorprendente de las que se recuerda. Eric Mangini confiaba mucho en el joven jugador y decidió listarle como FB y TE pero confirmandole que podría pelear por un puesto en el roster como RB. En una nueva plaga, con Jerome Harrison y James Davis (dos RB) cayendo lesionados en las dos primeras semanas de NFL, Hillis tuvo su primera oportunidad como titular. Ese partido sería contra una de las mejores defensas de la liga, los Baltimore Ravens. Hillis hizo un partido extraordinario, logrando 144 yardas, 1 TD y promediando más de 6 yardas por acarreo, cuando la media de lo que permitió esa temporada fueron menos de tres y media. El jugador hizo un buen año en general, siendo capaz de correr tras ser placado pero su noche histórica fue frente a los New England Patriots.

Hillis destrozó al mejor equipo de la AFC como quiso y no es una exageración. Cada carrera del jugador era para más de 5 yardas y no podían pararle. 184 yardas de carrera, 220 yardas en total de ofensiva y 2 TDs. Para ser concretos, Hillis dominó como quiso a la defensa de Bill Belichick en un partido donde los Browns aplastaron a los Patriots con un increíble resultado de 34-14. Debido a este resultado, consiguió el premio a jugador ofensivo de la AFC, algo que no lograba un jugador de los Browns desde 1992. Además de otros grandes partidos, el jugador consiguió alcanzar las 1000 yardas de carrera, que se convertirían en 1654 yardas desde la línea de scrimmage. Este número es el 6 máximo en la liga, solo por detras de Arian Foster, Jamaal Charles, Ray Rice, LeSean McCoy y su ex compañero Darren McFadden. Por detras suya estaría, entre otros, Adrian Peterson.

Pero ahora falta la parte donde pasa a ser leyenda. Y es que Hillis no fue ni ProBowler, ni All-Pro, pero si fue portada del Madden. EA decidió hacer un torneo para votar a quien será la figura que aparecería en el Madden y para ello se realizó un bracket. En el mismo se incluyo a Hillis, con un enorme apoyo por parte de todos los aficionados y los propios Cleveland Browns. El jugador sorprendió a Ray Rice, Matt Ryan y Jamaal Charles para llegar a las semifinales del torneo. Aquí se enfrentaría al MVP de la SuperBowl, Aaron Rodgers. Rodgers perdió la votación y todo desembocó en un Vick vs. Hillis que también ganó el RB por más de un 60% de los votos. Literalmente había ganado a dos premiados por la NFL por ser una historia de ensueño.

Defina One-Season-Wonder

Este sería el siguiente destino de Hillis. No jugo un solo snap de temporada regular.

One-Season-Wonder es como se llama a aquellos jugadores que solo funcionan una temporada, en un año en concreto o en unos partidos determinados. Muchos jugadores han recibido este apelativo a lo largo de todo el mundo del deporte, pero ninguno es tan evidente como Hillis. No es que el jugador bajase su producción o no pareciese el mismo, es que su carrera tras el Madden es cercana a la irrelevancia más absoluta. Y todo vendría en ese mismo verano, con una mezcla de los Browns siendo los Browns, un exceso de ego de Peyton Hillis y la sensación de que el jugador ya había perdido toda la ilusión por jugar. Pero para eso hay que entrar en la temporada 2011.

Durante toda la pretemporada se habló de que Peyton y Cleveland deberían llegar a un acuerdo para renovar al jugador, pero la realidad es que nunca ocurrió. Unido esto a la marcha de Mangini y la firma de Pat Shurmur, el papel de Hillis en el equipo estaba en evidente peligro. Pero dentro del campo el jugador lo haría bien, teniendo un buen partido frente a Indianapolis la segunda semana del año. Esta podría haber sido la historia de un buen jugador pero en la semana tres el jugador no participó debido a que le dolía la garganta. Evidentemente este motivo provocó escepticismo entre los compañeros de equipo y los aficionados, quienes creían que podía ser un truco para poder conseguir un mayor contrato.

Cuando volvió de esa enfermedad, el jugador se lesiono el tendón de la corva y se lo reagravó, impidiendole disputar más de 20 snaps entre septiembre y noviembre. Hillis no comentó nada en ese momento aunque posteriormente aseguró que había estado gravemente enfermo frente a Miami por un virus estomacal y que el intentar volver pronto provocó esas lesiones en su pierna. Aunque el jugador consiguió otro buen partido frente a los Ravens, todo el mundo sabía que el jugador no iba a ser renovado. Hillis no fue firmado a un nuevo contrato y se marchó a buscar su dinero en otro lugar.

Pero evidentemente, esta defensa que hizo Hillis sobre si mismo no fue considerada igual por todos. El propio Joe Thomas habló al año siguiente de la situación y aseguró que todo el caso Hillis fue una mala distracción y que provocó problemas en el equipo. Hechos como despedir a su cuarto agente en menos de un año, casarse lesionado, saltarse eventos de caridad del equipo o juguetear por el campo cuando se suponía lesionado, no hicieron tampoco ninguna gracia a sus veteranos compañeros. Hillis reconoce que no lo hizo todo bien y ha pedido disculpas, pero todo este show hundió al jugador mentalmente, haciendo que no fuese ni la sombra de lo que había sido en un primer momento. El jugador ha repetido múltiples veces que esta fue la mejor era de su carrera y que echa mucho de menos Cleveland.

Tras Cleveland, la nada en el campo pero una historia para recordar

Esa temporada estará siempre en la casa de los gamers.

Hills firmó por los Chiefs y consiguió 2,8 millones de dólares por solo un año. Pero una lesión en su tobillo en la semana 3 le dejó como un simple suplente de Jamaal Charles y el propio Peyton reconoció que esto sería el principio del fin para él. Tras Chiefs, el jugador estuvo un en Tampa pero no llegó a jugar un solo snap para ellos. Finalmente Hills estuvo dos años en Nueva York con los Giants, acabando ambos antes de tiempo por una conmoción cerebral y retirandose por ello, tras afirmar que desde que se había marchado de Cleveland sentía que debería haber vuelto allí.

Peyton Hillis al final ha acabado como la historia más curiosa de las portadas del Madden y como uno de los miembros de la supuesta Madden Curse. Pero la realidad es que Hillis encontró su punto álgido con un entrenador que creía en él y únicamente preocupado por lo que pasaba dentro del campo. Pero después, batallas económicas, depresiones, faltas de cariño y la sensación de que nadie le comprendía acabaron transformandole en la definición de One Season Wonder. Y aún así, nadie debería sentir pena o tristeza por él ya que Hillis está contento. Entrará a la historia por ser uno de los miembros de la ilustre portada del Madden, junto a otros como Tom Brady, Ray Lewis, Calvin Johnson, Aaron Rodgers o Michael Vick.

Y pocos o nadie podrán decir que Bill Bellichick se quedasen sin respuestas frente a él. Hillis es una historia de todos esos jugadores que pasan por la NFL y nadie los recuerda, pero en este caso entrará en la memoria de muchos. Hillis ahora aparecerá para toda su vida junto a leyendas y como objeto de coleccionista a pesar de tener una carrera mediocre y solo haber sido titular un solo año. A veces, las historias más extrañas también tienen su parte bonita o sorprendente. Y nadie debe creer que Hillis fue un mal profesional o un mal jugador con suerte. Hillis fue un buen jugador en el que poca gente creyó y chocó contra una de las peores gerencias de la historia de la NFL. Caer en el momento adecuado y en el lugar adecuado es exactamente igual que acabar en el momento equivocado y en un lugar horrible, y Hillis vivió ambas en menos de dos años y en la misma franquicia. Una verdadera experiencia Cleveland.

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