La Oeste de la Americana se presenta como una de las divisiones más abiertas de la conferencia ya que no parte con un favorito claro. Varios de los equipos han sufrido cambios sustanciales lo que hace que todo sea todavía un poco más incierto. Echemos un vistazo a como llega cada uno de ellos a este principio de temporada.
DENVER BRONCOS
Desde NFL Chile hemos criticado mucho la labor de Elway como jefe máximo de la franquicia. Se podría decir que desde un tiempo a esta parte sus decisiones han sido como mínimo cuestionables, partiendo porque sus elecciones altas en los último drafts no han dado ningún resultado. El ejemplo más claro lo tenemos en la figura de Paxton Lynch, una apuesta personal del directivo y que acaba de ser cortado. El otro movimiento que arroja una gran serie de interrogantes desde el momento en que se produjo fue la contratación de Vance Joseph como entrenador principal. Para mí gusto Joseph no había demostrado nada como para hacerse con uno de los banquillos de la NFL, aún así, logró converncer a a Elway y su primer año al frente del equipo fue totalmente decepcionante.
Tengo para mí que si Joseph lográ recuperar el nivel de una defensa que hace poco era élite el conjunto de Las Rocosas estará en disposición de conseguir un rércord más que respetable. Ya hemos visto a esta defensa ganar un Super Bowl por sí sola por lo que no nos debería extrañar que las victorias empezaran a llegar si este grupo vuelve por sus fueros. Quiero pensar que el bajón de juego que sufrió en 2017 fue a causa del cambio que se produjo en la dirección de la defensiva y que la adaptación de los jugadores a los esquemas de Joseph nunca llegó a completarse. Por eso debemos darles el beneficio de la duda y comprobar que nos pueden ofrecer este año, porque los hombres más importantes siguen estando ahí. Von Miller es una estrella total de la liga y por si fuera poco este año se suma en la tarea de presionar al QB rival uno de los mayores talentos que llegan desde el college, Bradley Chubb. En el centro de la linea se alinean dos buenos y veteranos jugadores como Domata Peko y Derek Wolfe, por lo que si sumamos además al linebacker Brandon Marshall eso nos da un front seven realmente fuerte. La secundaria ha sufrido bajas importanes los dos últimos años, lo que no quiere decir que no siga ofreciendo una total garantía, ya que jugadores como Chris Harris, Bradley Roby y Darian Stewart aseguran un nivel medio bastante elevado.
El año pasado el ataque fue un auténtico desproposito partiendo porque en la posición de quarterback jamás se dio con la tecla. Tres jugadores pasaron por la posición a cada cual más mediocre. Para esta temporada Elway ha puesto todas sus fichas en el renacido Case Keenum, quien debe demostrar que lo realizado el año pasado en Vikings no fue casualidad. El backfield se ha quedado algo renqueante tras la salida de CJ Anderson y dado de Devontae Booker no termina de cuajar, en el pasado draft se eligió en tercera ronda al running back Royce Freeman, de quien se espera un buen aporte desde la semana uno. Respecto al cuerpo de receptores tengo la sensación que pasa muy desapercivido para la gran mayoría de los aficionados. No es fácil destacar cuando no tienes un mariscal que te pase el ovide de una forma mínimamente decente. Emmanuel Sanders y Demaryius Thomas son un más que decente uno-dos y además este año se suma el rookie Courtland Sutton, un wide receiver que habrá que seguir muy de cerca.
OAKLAND RAIDERS
Convulsa offseason la que se ha vivido en la bahía durante este receso, marcada desde el principio con el regreso de Jon Gruden con un contrato bajo el brazo de 10 años por 100 millones. Gruden ha dejado su marca desde el principio tomando decisiones polémicas donde destaca el reciente trade a través del cual Khalil Mack fue enviado junto con una segunda ronda a los Chicago Bears a cambio de dos primeras rondas futuras.
En el apartado defensivo los Raiders tienen una clara ausencia de talento en prácticamente todas las posiciones. La salida de Mack ha dejado la defensa sin la presencia de un referente claro y todo pinta a que puede ser una de las que más puntos encaje cada domingo. El pass rush ha quedado totalmente huérfano y tendrá que ser Bruce Irvin quien asuma la responsabilidad de encabezar la presión exterior. Para el centro de la linea los rookies PJ Hall y Maurice Hurst tendrán que asumir una gran responsabilidad desde el principio. Detrás encontramos al eterno Derrick Johnson, quien llega desde Chiefs para aportar experiencia pero ya en 2017 demostró tener muy poca gasolina en el estanque. En la secundaria ha aterrizado otro veterano en mil batallas como es Rodgers-Cromartie, quien tratará de instruir a Karl Joseph y Gareon Conley, dos primeras rondas que apenas han aportado desde que fueron drafteados.
El ataque está repleto de jugadores de edad elevada que están más cerca del retiro que otra cosa. No obstante, el talento de todos ellos está fuera de toda duda por lo que podrían aportar siempre y cuando les aguante el físico. Hablamos de jugadores como los running backs Marshawn Lynch y Doug Martin, encargados de cubrir el backfield, el receptor Jordy Nelson, quien a buen seguro será uno de los objetivos más recurrentes de Derek Carr y el tight end Jared Cook, quien actuará como válvula de escapa. Las dudas giran en torno al propio Carr y al wide receiver Amari Cooper, quienes sufrieron un bajón tremendo de rendimiento durante 2017. El problema que veo es que tanta inestabilidad en la franquicia pueda suponer una importante traba para que ambos jugadores vuelvan a recuperar su mejor versión y se asienten entre los mejores de sus respectivas posiciones.
LOS ANGELES CHARGERS
Como nos cansamos de comentar al final de la última Regular Season, los Chargers fueron el mejor equipo que se quedó fuera de los playoffs. Un inicio demoledor de 0-4, los problemas con el kicker y alguna que otra lesión importante impidieron completar la que hubiera sido una heróica remontada. Finalmente se quedaron a las puertas pero las sensaciones que dejaron hacen pensar que este 2018 sea el definitivo que les falta para asentarse entre los mejores de la Americana.
Tengo la sensación que la defensa de Chargers puede dar mucho de que hablar esta campaña. Además de contar con jugadores top en algunas posiciones lo más importante es que Gus Bradley ha sabido trasladar sus ideas y esquemas a la perfección. Sus pupilos se han adaptado como anillo al dedo a los sistemas del excepcional coordinador y solo queda seguir creciendo. Todo es mucho más fácil cuando cuentas con un jugador de las dimensiones de Joey Bosa, quien perfectamente puede optar a hacerse con el premio como mejor jugador defensivo de la temporada. Bosa junto a Melvin Ingram forman una pareja de edge rushers de auténtico lujo. Entre ellos dos la presión sobre el pocket rival está asegurada y eso simplifica una enormidad el trabajo del resto de sus compañeros. Por dentro de la linea se situa un más que eficiente Brandon Mebane quien esta capaña recibirá la inestimable ayuda del rookie Justin Jones. Denzel Perryman es un seguro en el medio de los linebackers siempre y cuando se mantenga sano pero los Chargers podrían tener un problema si se ausenta de los emparrillados durante un elevado numero de encuentros. La secundaria está encabezada por un excepcional Casey Hayward, quien se ha asentado muy cerca de la élite entre los cornerbacks desde que aterrizó en la franquicia. En la posición de safety continúa un eficaz Jaheel Addae quien esta temporada estará acompañada por quien para mí fue el robo de la primera ronda del draft, Derwin James. Aún no logro entender como James bajó hasta el pick de Charges. La adquisición de este jugador le permite a Bradley poner la puntilla a su defensa.
En la ofensiva el equipo angelino ha demostrado ser uno de los más eficaces a la hora de mover las cadenas. El equilibrio entre el juego aéreo y el terrestre es total. Philip Rivers es un quarterback impresionante siempre y cuando muestre esa versión suya en la que sabe cuidar cada posesión. Mientras veamos la cara positiva del experimientado mariscal la ofensiva estará a buen recaudo. En el backfield Melvin Gordon lleva dos años demostrando ser uno de los running backs más productivos ya que su aporte puede llegar tanto acarreando el ovoide como saliendo a recibir. En la posición de wide receiver nos encontramos con uno de los nombres que según un servidor están más infravalorado de la liga. Keenan Allen es un top 5 de la posición, no hay más. Un jugador totalmente dominante capaz de enfrentarse a todo tipo de esquineros. La unidad debiera pegar un gran salto de calidad siempre y cuando veamos despegar a Mike Williams en su segundo año como profesional. Por si no lo lograra, el equipo siempre podrá contar una vez más con la ayuda de Tyrell Williams, Travis Benjamin y sobretodo con el incombustible Antonio Gates, quien se ha visto obligado a forzar su regreso un año más a los emparrillados después de la desafortunada lesión de Hunter Henry durante el training camp.
KANSAS CITY CHIEFS
Cualquiera podría pensar que los Chiefs están en reconstrucción teniendo en cuenta que han cambiado de jugador en la posición más importante en el fútbol americano. Ciertamente el cambio no es menor pero personalmente no me atrevería a catalogar este proceso como una reconstrucción a efectos prácticos sino más bien como un redireccionamiento en el rumbo de la franquicia.
Todos sabíamos que era cuestión de tiempo el recambio de Alex Smith por Patrick Mahomes más allá de que en 2017 el bueno de Smith nos regalara su mejor campaña como profesional. Ahora Mahomes se enfenta a su verdadero año rookie y aunque ya hemos visto que además de un gran talento posee un brazo descomunal, tendrá en contra el desafío de demostrar que de verdad Kansas City no se equivocó cuando apostó por él tan decididamente en el draft del año pasado. Además tendrá la presión añadida de formar parte de un equipo asentado en el grupo de cabeza de la Conferencia Americana. A favor, que estará rodeado de uno de los mejores supporting cast de toda la NFL. El dúo de receptores foramdo por Tyreek Hill y Sammy Watkins está en disposición de dar muchas alegrías a la afición y tienen la ventaja de que sus características como receptores se adaptan a la perfección a las cualidades de Mahomes. No obstante, son otros dos los jugadores que bajo mi punto de vista deben suponer el verdadero motor de este ataque. El primero de ellos es Travis Kelce, quien le va a otorgar al inexperimentado mariscal la posibilidad de contar con un objetivo cien por cien fiable. El segundo es Kareem Hunt. El running back asombró durante su temporada rookie y será imprescindible que actúe como un verdadero caballo de batalla con la misión de quitarle responsabilidad al QB.
El verdadero problema del equipo reside en la defensa. No tanto en sus jugadores, entre los cuales encontramos nombres muy destacables sino en el sistema que quiere implementar el coordinador ofensivo Bob Sutton. Durante 2017 fui muy crítico con la incapacidad que tenía este grupo de generar presión sobre los QBs rivales, hecho derivado en la mayoría de las ocasiones por el empecinamiento de Sutton en mandar frentes de solo cuatro e incluso tres hombres. Esto debería cambiar en 2018 y debería partir con la participación en el 100% de estas situaciones de Justin Houston, un especialista en la materia. Houston podrá contar la ayuda en el lado opuesto de la linea con un Dee Ford que debe incrementar sus prestaciones y con un Chris Jones en el interior que debe encontrar una mayor consistencia. En la unidad de linebackers la franquicia espera que Reggie Ragland tome el relevo de Derrick Johnson. Al final de la última Regular Season ya pudimos ver a un Ragland más asentado por lo que no es descabellado pensar que esta temporada puede dar un paso al frente. En la secundaria el equipo perdió a uno de los cornerbacks estrellas de la NFL como es Marcus Peters. Ese hueco trataran de taparlo con un Kendall Fuller que llegó en el intercamio de Smith con los Redskins. No obstante, lo más importate será que Eric Berry vuelva en plenas condiciones después de su lesión y ejerza del lider que necesita esta unidad.
Por Stéfano Prieto
@Stefano_USA
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