La NFC Sur parte como una de las divisiones más apasionantes y disputadas de toda la NFL debido a la fortaleza que presentan tres de sus cuatro integrantes, los cuales pisaron terreno de playoffs la última temporada. En este 2018 esperamos nuevamente una feroz lucha en la que una mala racha de cualquiera puede ser una losa difícil de superar. Aquí no existe margen para el error.

TAMPA BAY BUCCANEERS

He perdido prácticamente cualquier esperanza con este conjunto. Cuando parecía que al fin estaban en disposición de engancharse al vagón de los más fuertes de la Nacional completaron un 2017 en el que la palabra decepcionante se queda corta. No logro entender como Dirk Koetter, entrenador principal, y Mike Smith, coordinador defensivo, continúan al mando después de haber mostrado una total incompetencia.

Jameis Winston

La defensa de los Bucs ha demostrado ser una perita en dulce para cualquier ofensiva más o menos decente a pesar de contar con varios nombres con un buen cartel en la liga. El problema para ellos no son las individualidades sino la nula capacidad de mostrarse como un bloque sólido, algo que obviamente debemos achacar a la banda. En 2017 estuvieron horrorosos a la hora de presionar a los QB rivales lo cual ha llevado a la contratación en la última agencia libre de dos veteranos como Jason Pierre-Paul y Vinny Curry, los que sumados a Gerarld McCoy y el rookie Vita Vea en el frente de cuatro suponen contar con una linea defensiva bastante potente. El front seven se completa de manera magistral con dos linebackers como Kwon Alexander y Lavonte David que aunque no pertenecen a la élite de la liga si se sitúan en el siguiente escalón. Todos ellos deberían permitir elevar el rendimiento de una secundaria que lleva decepcionando desde hace bastante tiempo. La gerencia ha invertido bastante en esta unidad a través de jóvenes promesas que no terminan de cuajar. Esta campaña se suman a los Justin Evans y Vernon Hargreaves los cornerbacks Carlton Davis y MJ Stewart. Veremos si por Mike Smith da con la tecla

En ataque tienen la papeleta de afrontar los tres primeros encuentros sin su quarterback titular, un Jameis Winston que empezará la temporada en la grada debido a una suspensión. Winston no ha terminado de alcanzar el estatus que se le presuponía cuando aterrizó en la liga hace ya tres años y ya se pueden escuchar las primeras voces que dudan sobre si lo logrará en algún momento. Yo he sido un gran creyente en el mariscal desde que llegó a Tampa y aunque mentiría si dijera que mi confianza continúa estando intacta, permitidme otorgarle el beneficio de la duda, sobretodo porque soy de la opinión de que el staff técnico que ha tenido a su alrededor no le ha ayudado nada en su progreso como jugador. El mayor problema de Winston reside en lo poco que sabe cuidar la posesión del ovide, realidad que tiene mucho que ver con el hecho de estar protegido por una de las lineas ofensivas más deficientes de la liga. La verdad que me sorprende mucho que la franquicia apenas haya reforzado la unidad durante el receso. La buena noticia para Winston es que sigue teniendo un enorme abanico de armas aéreas. El cuerpo de receptores es de lo más variado y completo que podemos encontrar gracias al gran Mike Evans y sus compañeros DeSean Jackson, Adam Humphries y Chris Godwin. Por si fuera poco, la dupla de tight ends formada por Cameron Brate y OJ Howard pueden causar estragos en cualquier defensiva rival, sobretodo cerca de la goal line. En la posición de running backs cojean más. Partirán con un comité pero desde la franquicia tienen las esperanzas puestas en que el rookie Ronald Jones se asiente rápidamente en la posición.

ATLANTA FALCONS

El conjunto del estado de Georgia vivió un 2017 complicado después de venir de perder de manera increíble la Super Bowl anterior y de perder a la persona que diseñó uno de los ataques más vertiginosos de lo que va de siglo. Aún así, fueron capaces de entrar en playoffs donde se convirtieron en un auténtico peligro. El proyecto de Falcons continúa creciendo año tras año y en este 2018 vuelven a posicionarse como uno de los candidatos de la conferencia.

Matt Ryan

Steve Sarkisian comienza su segundo año como coordinador ofensivo y aunque durante su primera temporada el ataque nunca terminó de carburar, tenía la difícil por no decir imposible misión de hacer olvidar a Shanahan. No podemos olvidar que al equipo también le costó arrancar durante el primer años a las ordenes del ahora entrenador de 49ers por lo que creo que debemos darle un voto de confianza a Sarkisian. Será imprescindible que los Falcons recuperen la mejor versión de un Julio Jones que en 2017 completó el peor año de su carrera como profesional. Jones encabeza un grupo de wide receivers que pondrá en jaque a cualquier secundaria que se les ponga enfrenta, ya que además de la estrella los Falcons cuentan con un Mohamed Sanu que ha demostrado ser un excepcional WR2 y con el rookie Calvin Ridley, para muchos el mejor receptor del último draft. No obstante, una vez más el backfield volverá a ser la mayor amenaza de Atlanta. Ese monstruo de dos cabezas que suponen Freeman y Coleman es capaz de derrumbar hasta el mejor de los fronts seven.

Dan Quinn ha logrado construir una defensa tremendamente competitiva que a cada año que pasa presenta una mejor versión que el anterior. El head coach sabe aprovechar a la perfección las cualidades de cada uno de sus pupilos consiguiendo que algunos de ellos se hayan convertido en jugadores top en su posición. El mayor ejemplo de ellos lo protagoniza el linebacker Deion Jones, quien hace de nexo de unión entre una linea defensiva sólida y una secundaria brillante. Jones junto a De’Vondre Campbell simbolizan a la perfección la mayor virtud del grupo: la velocidad. Por delante de ellos encontramos un frente en el que destaca Grady Jarret, uno defensive tackle que pasa muy desapercibido pero que cuya labor es fundamental dentro del funcionamiento de la defensa. El pass rush exterior puede ser el punto más débil pero no por ello está mal cubierto. Vic Beasley ha demostrado ser un buen edge rusher pero necesita de una mayor constancia para llegar a la siguiente dimensión. Al otro lado se sitúa un Takkarist McKinley que debe empezar a aportar en este su segundo año como profesional. La secundaria es un auténtico lujo. Robert Alford y Desmond Trufant como cornerbacks y Ricardo Allen y Keanu Neal como safeties forman una de las unidades de profundos más completa de toda la competición.

CAROLINA PANTHERS

Los Panthers son a día de hoy y desde hace tiempo un conjunto asentado en la cabeza de la conferencia convirtiéndose prácticamente en uno de los fijos en postemporada año tras año. Como muestra de ello su 2017, año en el que a pesar de no carburar como se esperaba de ellos y de desplegar un juego bastante errático alcanzaron las once victorias y se mostraron como un rival muy difícil de batir de principio a fin.

Ron Rivera debe ser uno de los entrenadores más criticados por sus propios aficionados a pesar de tener a su equipo casi siempre jugando en enero y sobretodo de estar detrás de una defensa que siempre termina rindiendo a pesar de no contar con todo el talento necesario. Aunque parezca mentira, en la linea de cuatro tenemos que quedarnos como jugador principal con la leyenda viva Julius Peppers, quien va camino de completar su temporada 17 como profesional, pero no podemos olvidarnos de la pareja de takles formada por Kawann Short y el recién llegado Dontari Poe. Por detrás encontramos a una de las bestias defensivas de la NFL. Luke Kuechly es uno de esos jugadores que te hacen funcionar una defensa casi con su simple presencia. Su único pero es la salud y sería un problema enorme para el equipo si en algún momento de la temporada causara baja. La secundaria es la mayor debilidad de la defensiva. No han encontrado al jugador encargado de liderar esta unidad desde que se fuera Josh Norman, motivo que les ha llevado a draftear este año a dos jugadores en rondas altas como son Donte Jackson y Rashaan Gaulden, quienes tratarán de dar más consistencia a la parte de atrás.

En el ataque todo pasa por Cam Newton. Podrá caer mejor o peor, pero es incuestionable la capacidad que tiene para echarse toda la ofensiva por completo a la espalda. Es de los pocos jugadores que te pueden ganar partidos por sí solos y debemos recordar que lleva años rodeado de un grupo de receptores a cada cual más incompetente. Aún así, siempre saca la ofensiva adelante de una u otra forma y la capacidad que tiene para acarrear el ovoide como si del mejor running back se tratara le hace ser una de las armas más indefendibles de la liga. Este año parece que tendrá mejor suerte en cuanto posibles objetivos ya que además de las llegadas de Torrey Smith en la agencia libre y de DJ Moore en la primera ronda del draft, vuelve tras lesión Curtis Samuel, quien nos dejó buenas señales mientras estuvo sano en su año de novato. El WR principal por lo menos al principio será Devin Funchess pero lo nombro de pasada porque me parece que puede ser el peor WR1 de toda la liga. Eso sí, Newton contará una vez más con la inestimable ayuda del tight end Greg Olsen, con quien mantiene una química especial. En el backfield ha llegado CJ Anderson para sustituir a Stewart, pero será Christian McCaffrey quien lleve el peso del juego de carrera. El staff ya avisado que esta temporada tendrá muchos más toques por partido. Además, no debemos dejar de lado su capacidad para producir también en el juego aéreo.

NEW ORLEANS SAINTS

El equipo del estado de Luisiana volvió a competir de verdad en 2017 después de pasar por la liga sin pena ni gloria durante varias temporadas. Este año parten como uno de los grandes favoritos de la NFC pero no se pueden relajar ya que la competencia tanto en la división como en la propia conferencia es feroz. No debemos olvidar que el resurgir de los Saints se debió en gran medida a la tremenda aportación de varios rookies y será importante ver si conservan esta contribución durante el segundo año como profesionales.

En el ataque mientras continúe estando Drew Brees detrás del center este seguirá funcionando y produciendo yardas y puntos como si no hubiera un mañana. Brees es otro de los casos por los que parece que el tiempo no pasa y ya da igual la edad ponga en su carnet de identidad, sigue sin bajar un ápice su nivel de juego. No obstante, la aparición el año pasado de ese duo letal en el backfield formado por Kamara e Ingram fue el que le dio a la ofensiva otra marcha. Ingram se perderá los primeros cuatro encuentros por sanción pero no creo que esto sea inconveniente después de lo mostrado por Kamara durante su primer año en la liga. Michael Thomas ha ido creciendo como jugador desde que aterrizó en la liga y volverá a liderar una unidad de receptores que ha sido reforzada por Cameron Meredith y por el rookie Tre’Quan Smith.

La defensa fue la verdadera culpable de permitir a New Orleans aspirar a cotas mayores la campaña pasada. Tras varios años ocupando las últimas posiciones de la liga en la mayoría de los apartados estadísticos, fue en 2017 cuando por fin se destapó. No obstante, yo me mantengo algo escéptico ya que me quedé con la sensación de que se trataba más de una defensa oportunista que de una capaz de dominar rivales y ganar partidos por sí sola. Lo que no se puede negar es la importancia que supuso la llegada a la secundaria de los novatos Marshon Lattimore y Marcus Williams, quienes deben demostrar este año que de verdad pueden ser estrellas de la liga, sobretodo el primero de ellos. La unidad de linebackers me parece bastante pobre y no me fío de ninguno de los jugadores que han hecho roster. Esta debilidad la deberán paliar con una linea defensiva liderada por el Cameron Jordan, quien contará con la ayuda del novato Marcus Davenport, por quien la franquicia ha hacho una fuerte apuesta, a la hora de presionar al QB rival desde el exterior. En el centro encontramos a un Sheldon Rankins que aunque ha tenido un buen papel en sus dos primeras temporadas como profesional debe dar un par de saltos hacia delante.

Por Stéfano Prieto

@Stefano_USA

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