Aunque sea difícil, siempre hay un punto que cambia el destino de una franquicia NFL. En el caso de Dallas, su dinastía de los 90 viene dada por uno de los mejores trades (para ellos) de la historia.

Siempre es complicado otorgarle un valor a las rondas del draft y eso genera dudas. ¿Qué es más importante? ¿Un jugador consolidado o varias rondas del draft? Las respuestas han ido difiriendo en base a escalas, años del draft o incluso GMs, pero todo se remonta a 1989 cuando alguien habla de un traspaso muy mal hecho (o muy bien). Tres primeras rondas, tres segundas rondas y un montón de jugadores fueron el precio a pagar por un solo hombre, Herschel Walker.

El Herschel Walker Trade. ¿De dónde venían los Cowboys y Vikings?

El único punto previo que duraría durante la dinastía

Con la llegada de Jerry Jones a Dallas, la franquicia estaba totalmente revolucionada. Tom Landry, el único entrenador en la historia de la franquicia, ya había sido despedido y había sido reemplazado por un amigo personal de Jones como Jimmy Johnson. El GM, también en la franquicia desde su creación, Tex Schramm fue despedido a los pocos meses de llegar Jones, convirtiéndose el propietario en General Manager también. Con el número 1 del draft eligieron a su QB franquicia, Troy Aikman, pero la temporada fue abiertamente un desastre, incluyendo una QB controversy. Además de Aikman, en el Draft Suplementario (aquel donde se ofrecen rondas del siguiente año), los Cowboys también draftearon a Steve Walsh por lo que sería el número uno del año siguiente.

La única esperanza que tenía el equipo mientras Aikman o Walsh tomaban las riendas era Herschel Walker, un RB de la universidad de Georgia que había dominado la NFL desde su llegada a pesar de la mediocridad del equipo. Precisamente por ello, Minnesota fijó sus ojos en lo que consideraban la pieza vital para que un equipo candidato pasase a ser campeón, el mismo Walker. Pero para entender bien el traspaso, hay que comprender la necesidad histórica que sentía en esos momentos Vikings de ganar, al fin, el trofeo que se les resistía. Y es que aquel equipo estaba a una pieza de poder coronarse como campeón.

Su defensa (especialmente su Defensive Line) era la mejor de la NFL, con Doleman haciendo verdaderos destrozos a los QBs rivales. Ese mismo 1989, Doleman llegaría a los 21 sacks, a solo uno del récord en una sola temporada. Por otro lado, Millard, el DT, consiguió coronarse como jugador defensivo del año, en una demostración de que el front seven de Minnesota era dominante. Además, desde el 86, el equipo se había transformado en un habitual de los Playoffs. Primero, cayendo ante los Redskins en una competitidisima final de conferencia y después sirviendo como carne de cañón para los San Francisco 49ers de Montana. Con eso en mente, el equipo decidió reforzar su ataque con Herschel Walker a pesar de hipotecar su futuro. Al fin de al cabo… Era lo único que necesitaba Minnesota ¿Verdad?

El desastre para Minnesota

Herschel Walker sonrie durante su estancia en las ciudades gemelas

Pues a la anterior pregunta hay dos posibles contestaciones. La respuesta corta es no, la respuesta algo más larga es que ahora existe un premio con su nombre en Minnesota y no es por algo positivo. Walker pasó de un sistema que jugaba para él a un sistema mucho más complejo y eso se transformó en que en ninguno de sus tres años con la franquicia morada alcanzó las 1000 yardas. Pero aún así, la gente estaba ilusionada y tras un debut increíble contra Packers, el equipo soñó con llegar a la SuperBowl. Llegados los playoff, los 49ers pasaron por encima del equipo sin ningún tipo de problema, incluso de una forma más humillante que el año pasado. 1990 y 1991 no fueron mejores años para un jugador que necesitaba que 7 jugadores estuviesen bloqueando para él en cada jugada.

La desesperación aumentó en Minnesota aunque en 1990 llegase dos HOF, John Randle y Cris Carter. Y al final de 1991, Walker fue cortado después de que se apuntase al programa de Bobsled para los Juegos Olímpicos de 1992 (de invierno en Albertville). Literalmente se acusó al jugador de no estar comprometido con el equipo y de ser un talento que solo funcionaba detrás de un sistema muy concreto. Otros afirman que nunca tuvo la confianza de Burns, lo cual es cierto. Al año siguiente de ser cortado, consiguió su última temporada de más de mil yardas en Philadelphia y a partir de ahí transitó por Giants y Cowboys. Walker fue un All Pro antes de ir a Minnesota, fue un Heisman y dominó la USFL, pero tras Vikings, no volvió a ser nunca el mismo.

En todos esos años, Minnesota dejó ir a los Playoffs y se acabó la era de Jerry Burns. Esta era, la cual empezó con muchísima ilusión y con opciones de Playoff acabó cercenando el futuro próximo de la franquicia y posiblemente redujó las opciones de Green. A pesar de que Coach Green generó el mejor ataque de la historia a finales de los 90, sería interesante saber que pudiera haber hecho con todo el talento proveniente de tres drafts y sus primeras rondas. Fueron años perdidos en un momento donde el equipo aún soñaba con lograr coronarse con la SB. Pero especialmente duele ver donde fueron esas rondas y

La creación de una dinastía

Emmitt Smith, la primera elección proveniente del trade de Walker.

Pero en cambio en Dallas, el traspaso de Herschel Walker se transformó en el momento inicial para la construcción de la dinastía que dominaría los 90 con mano de hierro. Es complejo explicar que jugador es directo del trade de Minnesota o se usaron para trades por otros picks en el draft, pero ya en 1990 los Cowboys tomaron una primera decisión exitosa, firmando a Emmitt Smith con su pick en la primera ronda del draft. Esta temporada fue de crecimiento pero aún el equipo no alcanzó los Playoff. Igualmente, los picks siguieron usándose en estrellas ocmo Darren Woodson, Kevin Smith o Russell Maryland (además de Alonzo Highsmith, Stan Smagala y Clayton Holmes). Esos tres jugadores participaron en al menos una Pro-Bowl o fueron elegidos en el primer equipo del año durante su carrera en Dallas.

Y mientras que Minnesota se encargaba de descubrir como era el primer año sin Walker, los Cowboys se proclamaron por primera vez con Jones campeones de la SB. En una temporada incontestable, el equipo llegó a Playoff con un récord de 13-3 realmente dominante. En playoffs aplastaron sin mayores apuros a los Eagles y a los 49ers de Steve Young para en la SuperBowl maniatar a los Bills. Al año siguiente la historia se repetiría solo que con Emmitt Smith ganando el MVP de la temporada y la SB. El recambio que habían tomado por Walker resultó ser infinitamente superior a lo que se creía que podía ser Herschel.

Tras estas dos victorias, las cosas cambiarían debido a la rivalidad entre Jerry Jones y Jimmy Johnson. Ambos, dominantes y orgullosos, acabaron discutiendo y separando sus caminos, acabando parcialmente con una de las dinastías más dominantes de toda la NFL. El equipo aún así seguiría siendo competitivo en 1994, cuando perdieron la final de conferencia antes los 49ers de Young y en 1995 cuando volvieron a proclamarse como campeones de la SB. A partir de ese momento, la franquicia acabaría colapsando hasta sus resultados actuales, no alcanzando ninguna final de conferencia en los últimos 23 años. Curiosamente, Walker volvería en 1997 para retirarse en el equipo de Dallas, con el equipo ya hundido en la mediocridad y en plena caída libre. Una metáfora quizás un poco absurda pero también que explica muy bien las expectativas desmedidas.

Valoración del traspaso

Nuevos estadios pero mismas historias para ambas franquicias

Y a pesar de que Minnesota hizo un verdadero horror de trade, es difícil decir que no tenían motivos para hacerlo. El equipo tenía una defensa que funcionaba y solo necesitaba una pieza más en ataque para poder responder a la dinastía de los 49ers de Montana. Es cierto que Walker no funcionó pero lo estamos viendo en el futuro, no en el momento en el que ocurrió el traspaso. Por tanto, a pesar de que seguramente en ese momento hubiese estado en contra, hay que entender los motivos detrás del riesgo que tomaron Vikings. Eso sí, los 7 años posteriores fueron duros, tristes y marcarían el inicio de otra era que acabaría exactamente igual, solo que sin traspasos de por medio. Una vez más, Minnesota estaría a un solo paso de llegar a la SB y nunca podremos saber que era exactamente lo que faltaba.

Igualmente, Dallas vivió con este traspaso lo mejor y lo peor de toda la gerencia de Jerry Jones. Lo mejor es su carácter agresivo e intrépido. Nadie había intentando un trade así antes y posiblemente nadie lo vuelva a intentar a pesar de que Dan Snyder sueñe con emularle. Una decisión tan loca podría haber acabado con la franquicia pero logró autoproclamarse como la franquicia de América después de haber despedido a todo lo que hizo grande al equipo en un primer momento. Jerry Jones era un héroe a todas luces como GM y como presidente por traer a Jimmy Johnson. Pero precisamente este también es su mayor problema, tiene tantísimo ego que se cree por encima de todos, lo cual le provocó varios problemas y el fin de su dinastía.

El primero es puramente económico, sus guerras con Emmitt Smith y sus pagos provocaron que el jugador tuviese varios holdouts a lo largo de sus años en Dallas. Pero el principal problema fue personal, no puedes creer que eres el único que sabes de la NFL. Precisamente con eso en mente, echó a Jimmy Johnson debido a que consideraba que el proyecto era mucho más grande que su entrenador. Evidentemente cuando el legado de uno de los mejores entrenadores de la historia desapareció, lo hizo también el lustro glorioso de los Cowboys. Desde entonces se han sucedido los entrenadores con los que Jones ha chocado hasta que se han marchado. Los que han aguantado como Garrett han sido a base de no responder a su jefe. Aún así, en los últimos 22 años los Cowboys han visto como grandes estrellas han pasado por el equipo sin conseguir finalmente devolver la gloria.

Curiosamente, han pasado 30 años del traspaso y ambas franquicias están en situaciones que conocen muy bien. Los Vikings siguen a la espera de una tecla que convierta a un equipo competitivo en un equipo campeón, lo cual se ha intentado con el fichaje de Cousins. Los Cowboys siguen esperando otra idea loca para recuperar el dominio de una división en la que han visto al resto triunfar. Salvando el caso de Redskins, que da para otro artículo, tanto Eagles como Giants han llegado a múltiples finales de conferencia, a dos SuperBowls y se han coronado como campeones en lo que llevamos de siglo. Son épocas díficiles para ambos equipos, los cuales aún no conocen lo que es una SB en los últimos 20 años.

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